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Ganaderos creen que la oferta para comercializar cordero «no es digna»

Ganaderos se posicionaron ayer en contra del plan de Lakua para comercializar cordero porque «no es una solución mínimamente digna para el sector, ni para la situación de urgencia actual ni para cuando acabe esta crisis».

A los ganaderos agrupados en las asociaciones Latxa Esnea, Larsabi y Artzai Gazta no les gusta nada el acuerdo alcanzado por el Ejecutivo de Lakua, a través de Hazi Fundazioa, con Harakai por el que la cooperativa se compromete a adquirir los corderos que se produzcan esta temporada, muy afectada por la caída de la demanda a causa del coronavirus. Eroski se encargará de comercializar el producto en su cadena de supermercados.

Representantes de gran parte del sector ovino latxo manifestaron que siguen trabajando para asegurar productos de la explotación (leche, queso y cordero) «de calidad y seguridad alimentaria, centrando su esfuerzo en garantizar el abastecimiento». No obstante, en el actual estado de alarma, ven «cómo están bajando los precios del cordero en explotación hasta un 65%, incluso cómo se están realizando entregas del producto sin precio ni plazos de pago, con perjuicio para el sector y para el consumidor».

Los ganaderos defienden que la propuesta del Gobierno autonómico «no es una solución mínimamente digna para el sector, ni para la situación de urgencia actual ni para cuando acabe esta crisis». «Los beneficios y la ayuda pública se están implícitamente dirigiendo a financiar los intereses de determinados intermediarios», criticaron.

Además, consideran «importante subrayar que el perjuicio llega más allá del primer sector, ya que el consumidor sale directamente perjudicado, al que se le imputa el mismo precio o un precio superior actualmente, afectando también esta base a los precios futuros».

«Esta información de control de precios se hace sin transparencia, y se beneficia nuevamente a los intermediarios. Que todo esto se esté realizando en este contexto de crisis, lo consideramos doblemente grave», enfatizaron.

Asimismo, Latxa Esnea, Larsabi y Artzai Gazta denunciaron que Lakua «no ha contado ni consultado al sector directamente implicado a la hora de realizar la propuesta». «Y, como decimos, no se habla de una manera clara y detallada acerca de los precios y no se analizan otras opciones de comercialización», insistieron.

A su juicio, «tampoco se aclara a dónde va a parar la diferencia de precio entre lo que se le paga al pastor y el precio de venta final al consumidor». «¿Dónde queda esa diferencia?», se preguntaron las tres asociaciones de ganaderos, que se posicionan en contra de la propuesta gubernamental, que subrayaron «se ha diseñado a nuestras espaldas y pedimos, de manera urgente, una interlocución para generar una propuesta y una solución mínimamente consensuada y digna».

También hicieron un llamamiento a sindicatos y agentes del sector a posicionarse. «Que los beneficios y la ayuda pública sean para construir un primer sector de futuro y del que se beneficie la sociedad en su conjunto», defendieron.

Antes de este pronunciamiento, EHNE había exigido al Gobierno de Gasteiz que controlase «las prácticas abusivas» que «puedan darse» en la comercialización del cordero. El sindicato llamó a mantener su precio, porque «ya era ajustado» antes de la crisis sanitaria.

Baserritarras y consumidores organizan redes

El sector primario se está viendo muy afectado por el estado de alarma que ha provocado el cierre de canales habituales de comercialización de productos como son los mercados locales. Al objeto de salvar las dificultades, productores y consumidores están estrechando «redes de solidaridad» a través de las cuales se garantice el abastecimiento de alimentos sanos y de calidad a muchos hogares, al tiempo que se protege el trabajo que realizan los baserritarras.

Son numerosas las estructuras creadas que, en estos momentos de confinamiento, tratan de superar los obstáculos para que, por un lado, los precios de los alimentos no se disparen y, además, no se profundice la crisis que sacude a los productores locales. Mientras las grandes superficies puedan mantener los precios baratos previos a la declaración del estado de alarma, los pequeños establecimientos se ven forzados a subirlos tras la táctica puesta en marcha por las grandes cadenas de distribución, que realizan compras masivas de forma coordina para especular.

En esa situación complicada, las redes tejidas entre consumidores y baserritarras a nivel local o comarcal buscan garantizar un abastecimiento de productos de calidad a unos precios justos para los productores.