EDITORIALA
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Datos catastrofistas para inclinar votos indecisos

El Ejecutivo de Lakua hizo públicas las previsiones económicas que maneja para el año en curso y para el siguiente. Era de esperar que el pronóstico no fuera bueno, sin embargo, los datos que ofrecieron ayer resultaron extremadamente negativos. El departamento de Hacienda estima, por ejemplo, que el paro aumentará en 68.000 personas este año, cuando a principios de año la cifra de desempleados era de alrededor de 117.000 personas. Un incremento que dejará el total a final de año en nada menos que 185.000 parados. En términos porcentuales supone que el número de personas desempleadas crecerá a lo largo del año un 58%. Un desplome del empleo sin precedentes. Para equilibrar un poco la balanza señalaron que según sus cálculos 48.000 personas encontrarán empleo rápidamente, en 2021.

Fían este rápido cambio de tendencia a la recuperación del consumo, algo que resulta inverosímil cuando se vaticina que el desempleo se va a disparar. Ante semejante incertidumbre lo lógico es que la gente actúe con previsión y cautela, lo que desde luego no ayuda a que el consumo vuelva a crecer. Y mucho menos si el consejero de Hacienda habla de «contención» en los salarios públicos y apunta a que no se van a hacer grandes cambios en el presupuesto, cuando la pandemia ha dejado meridianamente claro que este país tiene, por ejemplo, un importante déficit de personal sanitario y docente. Enfrentar esa carencia sí ayudaría a crear empleo y a impulsar el consumo.

Todo esto lleva a preguntarse a qué viene hacer públicas ahora, en plena precampaña electoral, esas previsiones tan catastrofistas. Puede que Iñigo Urkullu quiera quitarse presión por la mala situación económica general; o puede que, siguiendo el lema ignaciano de no hacer mudanza en tiempos de zozobra, esté tratando de amarrar votos indecisos para que opten por lo malo conocido en la siguiente cita electoral. Superar esta crisis va a requerir mucha menos propaganda y bastante más seriedad.