EDITORIALA
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Cuando la realidad es algo que interfiere en tus planes

Los buenos datos de Nafarroa, que no contabilizó ningún nuevo caso de covid-19 y tampoco sumó más víctimas, pusieron un cierre optimista a una semana que, sin embargo, ha sido bastante complicada en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, donde sendos brotes hospitalarios han generado preocupación y causado un incremento de infectados, además de tres fallecidos en Basurto y en Txagorritxu. La consejera de Salud admitía el miércoles un «cambio de tendencia», confirmando lo que señalaban los datos y constataban indicadores objetivos como el número reproductivo básico y la incidencia acumulada.

Sin embargo, y a pesar de que desde ese día no solo han aumentado los contagios en los hospitales, sino que se ha producido el mayor repunte en Gipuzkoa desde principios de mayo, así como el mayor número de positivos diarios en la CAV en casi un mes, Iñigo Urkullu salió ayer al quite, corrigió a su consejera y sostuvo, como la propia Nekane Murga había hecho el lunes pasado, que la situación es de «estabilidad» y la tendencia, «buena». En esa particular interpretación, llegó a decir, durante la videoconferencia de presidentes autonómicos, que la realidad se ve «distorsionada en la interpretación pública» a causa de los dos focos localizados en Basurto y Txagorritxu. De esta forma, el lehendakari en funciones parece obviar que más allá de lo controlados que puedan estar –ayer se informó de tres nuevos casos–, esos brotes hospitalarios forman parte de esa realidad que él cree que solo distorsionan. Podría preguntarle al medio centenar de afectados cuán reales son.

Negar que lo vivido la pasada semana en la CAV ha sido diferente a las anteriores, en las que la tendencia era siempre positiva, sí es negar la realidad. Como lo era sostener a principios de marzo que la situación estaba controlada o asegurar en esas mismas fechas que las elecciones se iban a celebrar el 5 de abril. Urkullu tiene razones de sobra para pensar que quizá sea él quien distorsiona una realidad que una y otra vez se está empeñando en pasarle por encima.