Inés Mariña Piñón Marraco
SOS Racismo – Bizkaiko SOS Arrazakeria
KOLABORAZIOA

Bilbao: ¿qué vas a hacer con las personas sin hogar?

Con esta crisis podemos entender el momento presente como una oportunidad para el cambio social. Pero un cambio desde el punto de vista de reforzar los derechos humanos. Un momento de reflexión sistémica, de plantearse cuáles son los roles de las instituciones sobre las problemáticas locales y de qué forma participan en la violencia estructural. Analizar qué papel jugamos como individuos sobre este mundo globalizado y cómo somos partícipes de la explotación que hemos construido, donde existen ciudadanos de primera, y después el resto.

Dentro de este resto, en un lugar abajo en la pirámide se encuentran las personas sin hogar. Aquellas que, durante este confinamiento, se han contabilizado por la obligatoriedad de la cuarentena más estricta, y de forma consiguiente se les ha puesto rostro en las instituciones. No olvidemos que a comienzos de la cuarentena los cuerpos policiales les mandaban a una casa que no tenían, hasta que el Ayuntamiento decidió qué hacer con ellas. Se abrieron una serie de dispositivos como polideportivos en forma de barracones, reconvertidos centros de día u otros recursos de diferentes organizaciones para suplir las demandas del estado de alarma.

El covid-19 hizo que las calles se vaciasen, que se pusieran en marcha mecanismos exprés de acogida, y que, en un tiempo récord, se albergase a casi la totalidad de personas sin hogar que eran identificadas. Aunque las formas y las condiciones podría ser otra cuestión. Finalmente se ofreció un techo, un plato de comida en la mesa y un lugar donde ducharse. Necesidades básicas cubiertas.

En estos momentos, tras casi cien días con las libertades restringidas debido a la pandemia, las medidas se encaminan hacia esa nueva normalidad y desde aquí me pregunto: ¿qué va a ocurrir con esas personas que fueron acogidas de manera exprés bajo los valores de la acción humanitaria? ¿Volverá la calle a ser su nueva / vieja normalidad?

El contexto ha cambiado, ahora ya no son entes que puede que existan, en donde los números bailan sobre cuánta gente necesita qué. Ahora los datos existen, estas personas han estado bajo las alas de los servicios sociales. ¿La mano que ha mecido esa cuna se va a convertir también en su verdugo? ¿O se va a aprovechar la crisis para marcar la diferencia? ¿Qué modelo vas a escoger, Bilbao? ¿Uno meramente asistencialista o aquel que promueva el desarrollo integral de las personas? ¿Qué va a ocurrir con la gente de los márgenes? ¿Qué va a pasar con aquellos mal llamados sin papeles? Va a ser ahora tu mando quien les lleve de vuelta a las calles porque ya no existirá un estado de alarma que te obligue a otorgar unos mínimos o va a ser tu mando un modelo ejemplar de cómo dignificar a las personas en tu estado, sea cual sea su origen y condición.

Las fases van pasando y yo me pregunto: ¿Qué vas a hacer, Bilbao?