Durante la conferencia de prensa que había convocado para hacer balance de su primer año de gobierno, María Chivite se mostró muy crítica con la actuación de la dirección de Siemens Gamesa, señalando que el anuncio de cierre de la planta de Agoitz ha sido «un ejercicio, simple y duramente, de deslocalización».

La lehendakari fue preguntada por algunas críticas de la plantilla de la factoría respecto a la implicación de su Gobierno para evitar que este cierre se haga efectivo finalmente, ante lo que defendió que «ha estado acompañando en todo momento al comité de empresa».

No obstante, dijo que estaba dispuesta a hacer «una labor de empatía» ante esos reproches: «Me pongo en su lugar y creo que se está viviendo, efectivamente, una situación muy complicada porque hace escasos tres meses tenían compromiso de trabajo y todo iba bien. La empresa ahí no ha sido honesta con sus trabajadores y trabajadoras –añadió–, no ha sido transparente diciéndoles cuál era la situación».

En este contexto, cuestionó la validez de las ayudas públicas entregadas por las instituciones de Nafarroa a la ahora fusionada Siemens Gamesa, por lo que anunció la intención del Gobierno de «solicitar a la empresa la devolución de en torno a dos millones de euros de las ayudas recibidas, por no cumplir con los requisitos ahora que parece que va a cerrar».

En cualquier caso, insistió en que su Gobierno «ha trabajado de la mano del comité de empresa, con la colaboración también del Gobierno de España, poniendo alternativas a la propia empresa encima de la mesa para garantizar la viabilidad».

Pero, tal y como explicó, la dirección de la multinacional «no ha querido entrar a hablar» de esas propuestas. Tras lamentar esa actitud, Chivite señaló que este es «un caso clarísimo de deslocalización».

Hace diez años

Esta es una de las cuestiones en las que más incide el comité de empresa de la factoría de Siemens Gamesa en Agoitz, que resalta que la compañía no tiene pérdidas, «sino que gana mucho dinero y quiere ganar más». También asegura que esta planta tenía carga de trabajo hasta setiembre de 2021.

«Queremos seguir trabajando, y en Aoiz, ya que esta planta, con una mínima inversión, podría hacer los nuevos modelos de pala», han indicado en las últimas semanas desde el comité, que recordó que, cuando Gamesa llegó a la comarca hace diez años «cogió las subvenciones y ahora se va a Portugal».

Por su parte, Chivite indicó ayer que también están teniendo en cuenta el impacto que tendría en la zona el cierre de la planta si se consuma.