La presidenta de la asociación, Ana Zamarbide, informó ayer en rueda de prensa que la asociación surge con 14 empresas, reúne discográficas, editoriales, managers, empresas de producción y salas de conciertos y que en su mayoría «son pequeñas y medianas empresas cuyo capital principalmente son autónomos».

Las catorce empresas, dijo, aglutinan «a un centenar de trabajadores, que generan empleo indirecto que llega a 4.400 contrataciones anuales eventuales para la ejecución de diferentes programas y grandes eventos».

Explicó que la asociación tiene tres objetivos básicos, entre los que se encuentra «reunir a los sectores privados de la música navarra, y promover un marco legislativo, fiscal, laboral y educativo que atienda las particularidades de la música».

Por último, también pretenden reforzar el reconocimiento social, cultural y económico de la música y aumentar el prestigio de profesionales que participan del sector.

Además, se trata de «un sector transversal que genera riqueza al entorno» y cuyo volumen de negocio supera los 20 millones de euros al año, aunque alertó de que «las cifras se han visto drásticamente reducidas por el impacto de la pandemia, un descenso que supera el 80 %».

Situación delicada

Reconoció que a raíz de la COVID-19 el sector «quedó comprometido y en una situación delicada» porque el sector de la cultura fue «el primero en parar y probablemente sea el último en llegar a una situación normalizada». Zamarbide considera que la música «es un bien de primera necesidad» y que la situación actual dejó «de alguna manera a muchos de los colectivos y empresas un poco desprotegidas», ya que las ayudas «no cubrían todo lo que hubiera gustado, dada la precariedad que ya hay en el sector desde hace años».

Agradeció la participación y colaboración del Gobierno de Nafarroa porque fueron capaces de «entender, comprender y escuchar las peticiones del sector». La consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, señaló que se alegra de «ser testigo del nacimiento de esta asociación que ayudará a dinamizar y hacer crecer el sector de la música en vivo», y señaló que Nafarroa «ya era de antes una región con potencia en el sector».

Añadió que la COVID-19 «frenó en seco la programación cultural y ha sido una preocupación del departamento de Cultura, para poder generar propuestas acordes con la situación que animara al sector y atraiga público».

Recordó que tras la crisis del coronavirus se han «creado mesas de trabajo con sectores del ámbito cultural para conocer experiencias, proyectos y cerrar acciones concretas».

Las catorce empresas asociadas en ANAIM son Black Izar, Burcor Producciones, De Miguel producciones, El Dromedario records, Gor Diskak, Imaginascene, In&Out producciones, Irufest Producciones, Last tour, Panda Artist, Taste The Floor, y las salas Indara, Totem y Zentral.

La comparecencia de ayer sirvió para anunciar la celebración del ANAIM Club Fest, evento que contará con conciertos en formato reducido desde el próximo 29 de agosto hasta el 28 de noviembre. Contará con 30 artistas en 21 actuaciones, Los Chicos del Maíz, Tahúres Zurdos, Zetak y Gatibu, entre otros.

La propuesta artística, señalaron desde la organización, «busca el eclecticismo y el equilibrio entre disciplinas musicales» y tiene como denominador común la participación de artistas promovidos o representados por empresas pertenecientes a ANAIM. Será en ‘formato club’, con aforo reducido, localidad preasignada y servicio de hostelería en mesa, para asegurar el «orden y respeto que requiere la situación generada por la Covid-19», afirmaron.