Ibai AZPARREN

UN BROTE EN UN PESQUERO DE SEATTLE SUGIERE QUE LOS ANTICUERPOS PROTEGEN

Tres tripulantes de un barco pesquero de Seattle que tenían anticuerpos capaces de neutralizar el covid-19 no se reinfectaron durante un brote que afectó a la mayoría de las personas a bordo. Lo ha revelado el estudio sobre el vínculo entre anticuerpos y la protección contra el virus, el primero realizado en humanos.

Ocurrió en Seattle y tiene un valor sustancial para la lucha contra el virus. Un barco de pesca zarpó en mayo con 113 hombres y nueve mujeres a bordo. De esos 122 tripulantes, 120 fueron examinados antes de subir, tanto para detectar la presencia del virus activo (prueba viral) como de anticuerpos en la sangre (prueba serológica) que indican una infección previa. Ninguno de los miembros de la tripulación dio positivo en coronavirus para entonces, pero seis lo habían contraído antes y, por lo tanto, tenían anticuerpos en la sangre.

El arrastrero regresó a la costa después de 18 días en el mar, cuando un miembro de la tripulación enfermó lo suficiente como para necesitar hospitalización. Los marineros fueron examinados nuevamente para detectar la presencia de virus y anticuerpos y los resultados mostraron que una gran mayoría de los tripulantes (85,2%) habían sido infectados, incluidos tres de los que tenían anticuerpos en la sangre antes de la salida. Pero los que quedaron ilesos habían demostrado tener anticuerpos neutralizantes.

Este pequeño estudio apareció como prepublicación en Medrxiv, un servidor de distribución y archivo en línea gratuito para manuscritos completos pero inéditos acerca de las ciencias médicas, clínicas y de la salud. Por tanto, el trabajo realizado por los investigadores Amin Addetia, Katharine HD Crawford, Adam Dingens, Haiying Zhu, Pavitra Roychoudhury, Meeili Huang, Keith R. Jerome, Jesse D. Bloom y Alexander Grening todavía le falta ser revisado por pares, es decir, por personas con competencias similares de los productores del trabajo.

Con todo, este estudio «natural» es el primero realizado en humanos y que sugiere un vínculo entre los anticuerpos neutralizantes (aquellos que evitan que el virus se adhiera a las células) y la protección contra la infección. «La presencia de anticuerpos neutralizantes de una infección previa se asoció significativamente con la protección contra la reinfección», concluyen en este sentido investigadores de la Universidad de Washington y el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle.

En cuanto a la reinfección de los otros tres marineros a los que se les detectaron anticuerpos antes de zarpar, el hecho podría explicarse porque en su primera infección, leve o asintomática, se generó una producción efímera de anticuerpos, aunque los investigadores del estudio barajan como primera posibilidad que el primer resultado serológico fuera un «falso positivo».

De macacos a humanos

Lo sustancial es que durante el brote no se infectó ningún miembro de la tripulación con anticuerpos neutralizantes y sí, en cambio, 103 de 117 sin anticuerpos neutralizantes, lo que vendría a confirmar que estos están correlacionados con la protección en humanos. Los estudios de laboratorio muestran que los anticuerpos son protectores en animales, como el publicado en la revista “Science”, en el que se infectó a nueve macacos con el virus, del que se recuperaron por completo. 35 días después, volvieron a inocularles el covid-19 y todos ellos mostraron «pocos o ningún síntoma».

Unos datos que «indican que una infección con SARS-CoV-2 provocó una inmunidad protectora» en los macacos, pero hasta ahora no había datos comparables en humanos. Para abordar esta pregunta, se están preparando estudios costosos y por ahora desaconsejables con un virus letal que no tiene tratamiento, pero esta creativa investigación en un barco pesquero estadounidense ha facilitado ya la primera evidencia.

«El estudio del buque nos da información importante sobre el tipo de inmunidad que podría proteger contra infecciones futuras», dice Jonathan Ball, profesor de virología molecular en la Universidad de Nottingham, aunque no muestra si la exposición pasada puede o no proteger contra enfermedades graves en personas sin anticuerpos neutralizadores detectables y tampoco cuál sería la duración exacta de la inmunidad.

Además, no está clara la cantidad de anticuerpos neutralizantes necesarios para evitar que el virus regrese. La comunidad científica mide los anticuerpos neutralizantes en títulos para calcular el nivel de anticuerpos en una muestra de sangre. Dos de los tres marineros que permanecieron protegidos del coronavirus tenían solo cantidades moderadas, un hallazgo que los investigadores ven con buenos ojos porque indican que incluso con títulos moderados pudieron llegar a evitar la reinfección en una situación en la que la exposición al virus era muy alta.

Sin embargo, el profesor Martin Hibberd, especialista en enfermedades infecciosas emergentes, señala que «el pequeño número de personas estudiadas hace que este estudio sea difícil de interpretar por completo». En todo caso, augura que «pronto deberían estar disponibles estudios más concluyentes», tal vez sobre ensayos de la fase 3 de las vacunas a gran escala que están en marcha, ya que estos fármacos parecen producir anticuerpos neutralizantes fuertes.

El barco pesquero también presenta otra advertencia. Pese a las medidas preventivas, el virus infectó a más de un centenar de tripulantes que convivieron en unas condiciones óptimas para su propagación: espacios cerrados y contactos prolongados. Además, prueba la importancia de respetar el aislamiento incluso después de dar negativo en la primera PCR, ya que 122 marineros dieron negativo en la prueba viral y el virus acabó provocando un brote masivo en este barco especializado en la pesca de lenguados.