Koldo LANDALUZE
THE WORLD TO COME

Cuando algo nace en mitad de la nada

S eis años después de “The Sleepwalker”, Mona Fatsvold regresa con un western íntimo en el que adquieren pleno protagonismo dos mujeres que inician una relación sentimental en un entorno físico, social y moral agreste. Escenificada en unos fastuosos paisajes naturales y en punto perdido en mitad de la nada de la frontera de la costa este estadounidense de mediados del siglo XIX, “The World to Come” toma como base la novela homónima de Jim Shepard y se revela como un filme en el que imperan la palabra y los gestos. La palabra se ciñe a la omnipresente voz en off de la actriz Katherine Waterston, la cual dicta la ruta del relato de manera exagerada. Los gestos se revelan como algo necesario a la hora de definir la relación que comparten las dos granjeras encarnadas por la propia Waterston y Vanessa Kirby. A distancia prudente topamos con los maridos, interpretados por un Casey Affleck que recurre a su gesto más afectado y un Christopher Abbott que deja entrever esa carga de violencia telúrica que nace y crece en sus entrañas. Cálida y dolorosa, tiene sus bazas principales en las excelentes interpretaciones, su cuidado envoltorio visual  y un trazo sensible exquisito.