Koldo Campos
Escritor
AZKEN PUNTUA

La utopía

En la Edad de Piedra, cinco mil años antes de que empezáramos a contar los años, cuando ya los hombres habían ideado dioses a los que temer y por los que matar, la utopía era soñar con los metales que vendrían después.

En la Edad de Hierro, la utopía era la pólvora que fueron a descubrir los chinos la noche en que también inventaron los fuegos artificiales. En la Edad de la Pólvora, la utopía eran las armas de fuego y nadie como los europeos para fabricar los cañones más grandes y las bombas más pesadas del mercado. Después inventaron la imprenta y publicaron sus hazañas.

En la Edad de las Armas, la utopía era la paz y los «americanos» sentaron cátedra en la invención de infernales artilugios nucleares y, también, en ser los únicos en usarlos. Tras dos guerras mundiales para un único mundo los sobrevivientes clamaban por la paz. En la Edad de la Paz, la utopía era preservarla de las armas, transformarla en progreso. Los ingleses ya habían inventado el fútbol y solo se trataba de hacer del bienestar un disfrute común, de practicar la democracia, cumplir el evangelio, sacar el perro a pasear... cada día más sordos, más ciegos, más enmudecidos.

En la Edad del Progreso, ya no había utopías. Solo miedo.

En la Edad del Miedo, las mujeres, inventoras de la vida, siguen construyendo su Edad, su Siglo, su Tiempo.

(Preso politikoak aske)