Compartían página en estos días Andoni Aldekoa y Enrique Maya. El primero, director de EITB porque así lo dispuso el PNV; el segundo, alcalde de Iruña porque así lo quiso el PSN, pero no solo comparten página, dedo y calendario los citados. También muestran su sintonía gestionando a su antojo las plazas confiadas, sin dar cuentas o, peor todavía, dando explicaciones.

Aldekoa quiere un «periodismo comprometido y valiente» pero sin molestar a nadie, «evitando la confrontación» porque «series como Altsasu generan polarización». No hay problema. Aldekoa decide qué ciudadanía es confrontable y polarizable y qué clientela es complacida. Prohibida Altsasu.

Maya era condenado por incumplir un contrato con los mejores (y más queridos) payasos: Pirritx, Porrotx y Marimoto’s. Maya y Barberena, concejala de cultura, lo tenían claro: «Son payasos que ideologizan y adoctrinan ideológicamente a los niños… y hasta los visten de palestinos». Además, insistían: «molesta profundamente la presencia de estos payasos a muchos contribuyentes».

No hay problema. Maya decide qué ciudadanía ideologiza y adoctrina y qué clientes pueden vestir de Valentino. Prohibidos los payasos.

Si Aldekoa hubiera estado ahí, con Maya, como estuvo antes con Azkuna cuando el ayuntamiento de Bilbo vetaba a los payasos, hasta habría lamentado tanta polarización.

(Preso politikoak aske)