Ion SALGADO
GASTEIZ
EL FUTURO DE PODEMOS

Afianzar «liderazgos territoriales» tras la marcha de Iglesias

La dimisión de Pablo Iglesias pone fin a un ciclo en el seno de Podemos. El portavoz parlamentario de la formación morada en Nafarroa, Mikel Buil, sostiene que «ahora lo que nos toca es abrir liderazgos territoriales que ya están formados y a los que les toca ahora dar la batalla». «Necesitamos mucha más presencia local», manifiesta.

«Dejo todos mis cargos, dejo la política entendida como política de partido, como política institucional. Seguiré comprometido con mi país, pero yo no voy a ser un tapón para una renovación de liderazgos que se tiene que producir». Con estas palabras se despidió Pablo Iglesias el pasado martes por la noche, tras obtener diez diputados en la Asamblea de Madrid.

Su marcha abre una nueva etapa en el seno de la formación morada, que en palabras del portavoz parlamentario en Nafarroa, Mikel Buil, tiene por delante un reto: la implantación territorial. «Tenemos que centrarnos en los territorios y trabajar en los territorios».

En declaraciones a GARA, recuerda que Podemos es una formación joven, creada en 2014, tres años después de las movilizaciones del 15-M, y defiende el liderazgo desempeñado por Iglesias, ya que, a su juicio, «en una organización embrionaria es necesario tener referentes potentes». «Era necesario presentar un proyecto político claro, y se necesitaba un referente claro. Pero a partir de ahora lo que nos toca es abrir liderazgos territoriales, que ya están formados y a los que les toca ahora dar la batalla», añade antes de incidir en que «necesitamos mucha más presencia local».

A este respecto, Buil destaca las primarias celebradas en Nafarroa, en las que se impuso Begoña Alfaro con «un proyecto para reiniciar el partido desde lo local». Un reset que deje atrás los malos resultados cosechados en los últimos comicios al Parlamento de Iruñea, donde pasaron de siete a dos representantes. En opinión de su portavoz, este «declive» se debe a que «hemos sido una fuerza que nos hemos querido atar los cordones mientras corríamos», en alusión a las disputas internas. «La cuestión era aprender de esta situación, y no diviso en el horizonte tensiones como las que hemos vivido, porque creo que la organización ha aprendido a gestionarlas desde dentro», apunta.

Hoja de ruta propia

Los problemas internos también se han dado en el seno de Podemos Euskadi, donde han cohabitado dos bloques. A día de hoy, el partido está en manos del sector más cercano a Iglesias, que muestra su «pena y tristeza» por la dimisión del hasta ahora secretario general de Podemos: «Ha supuesto en términos prácticos el elemento o la figura crucial para la ruptura del bipartidismo».

Así lo explica el secretario de Organización de Podemos Euskadi, David Soto, que incide en que «en términos orgánicos» la marcha de Iglesias no afecta al partido en la CAV. «Podemos Euskadi tiene su propia hoja de ruta, enmarcada obviamente en lo que es un proyecto común a nivel estatal», apunta, aunque rechaza que exista «ese denominado centralismo». «Creemos que Podemos ha sido el único proyecto a nivel estatal que llegó a decir que este país era plurinacional, tanto en Málaga como en Euskal Herria o Catalunya», subraya, y censura también la idea del centralismo en «términos organizativos».

Pero lo cierto es que durante los últimos años han sido sonadas las diferencias entre la dirección del partido en la CAV y los responsables de la formación en Madrid. Roberto Uriarte, primer secretario general y afín a Iglesias, puso fin a su primera etapa como líder de Podemos Euskadi por desavenencias con la Ejecutiva estatal, y Lander Martínez dejó su puesto tras la elección de Miren Gorrotxategi como candidata a lehendakari.

Nagua Alba también ocupó el cargo de secretaria general, y dimitió igualmente. Sostiene que «Podemos siempre ha tenido un trabajo por hacer en lo que respecta a la relación que tiene con las organizaciones a nivel autonómico, porque es un partido muy centrado en Madrid». «No se si con otro liderazgo no madrileño se arreglaría o si es una dinámica más bien propia del partido en sí», apostilla.