Raimundo Fitero
DE REOJO

Equipo A

Dentro de todos los dramas, tragedias, circunstancias dolorosas, actuaciones sobresalientes, actos, gestos y retransmisiones en bucle de todo lo que provoca la pertinaz erupción del volcán de la isla de La Palma, se maneja un episodio que probablemente sirva para establecer en un rincón de un periódico una peregrina sensación, aunque no tenemos una manera fehaciente de comprobar si estamos apoyándonos en un relato de ficción, una realidad guionizada, o una acción de troleo bastante competente en el apartado de menos lobos Caperucita. La cuestión conocida en que había cuatro perros atrapados en una parcela, en un territorio de los que se han ido rodeados por la colada de lava y la ceniza y esos podencos alcanzaron notoriedad por unas imágenes en las que se les veía en peligro y porque se anunciaban varios operativos de las fuerzas uniformadas para rescatarlos. Pero eso no sucedía, hasta que un mañana amaneció y se encontraron un trozo de sábana donde un denominado «Equipo A» daba constancia de que los canes habían sido rescatados, sin necesidad de operativos ni monsergas militaristas.

“El Equipo A” fue una serie de gran éxito, una película, cinco individuos castigados en los ejércitos por su comportamiento, que se organizaban para contratarse para rescatar secuestrados, intervenir en países no bendecidos por las autoridades del imperio y lo hacían con métodos expeditivos, mostrando todo lo que los cuerpos y fuerzas de inseguridad encargan a otros, dentro de más absoluta ilegalidad, para cumplir con objetivos poco democráticos. Los personajes de la serie eran prototipos populares. Y señalar que un supuesto Equipo A espontáneo es más efectivo que todos los desplazados a La Palma, es una advertencia ante la excesiva retórica informativa dedicada a la exaltación acrítica.