Un beau matin”, de Mia Hansen-Løve, presentada en la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes, ha recibido el premio Europa Cinemas a la mejor película europea. Intimidad, realismo y modernidad van de la mano en un modo de hacer cine en el que explora, desde las relaciones humanas, temas universales. Sus sellos son la delicadeza y la sencillez a la hora de filmar y contar sus historias alejándose de un cine estridente (no lo necesita). “Un beau matin” está protagonizada por una extraordinaria Léa Seydoux que se adentra en el papel de una mujer que trata de conciliar su vida diaria con el cuidado de su padre, quien padece una enfermedad neurodegenerativa. Durante esta película-homenaje a Eric Rohmer, Hansen-Løve observa a sus personajes en la intimidad y nos arrastra como espectadores hasta ella.

Toda su ficción contiene verdad y nada de lo que vemos en la pantalla sobra, nada está ahí para ser explicativo, todo fluye. Sus personajes son parte de su imaginario personal, hay algo de ella en todos ellos, pero al mismo tiempo se aleja de la “la escritura del yo” para devolvernos una historia colectiva en la que vernos reflejadas. Una mujer real camina por su vida para ser feliz por momentos, para observar cómo la vida va escapando, cómo todos aquellos objetos bellos de los que nos rodeamos serán ninguneados y vaciados de contenido. Seremos olvidadas, vivamos pues, parece decirnos en “Un beau matin”.