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Erdogan recibe a Barzani en Kurdistán para impulsar el estancado diálogo con el PKK

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, extendió ayer la alfombra roja al presidente de Kurdistán Sur, Massud Barzani, para una histórica visita a Diyarbakir, capital de Kurdistán Norte, con el fin de dar un impulso al estancado proceso de diálogo con PKK. Para los críticos, Erdogan quiere aprovechar la influencia de Barzani para convencer a los kurdos de su compromiso con la paz y para mejorar las opciones del AKP en las elecciones locales de 2014 frente al mayoritario BDP.

Recep Tayyip Erdogan, primer ministro de Turquía, y Massud Barzani, presidente de la región autónoma de Kurdistán Sur, mantuvieron ayer una reunión sin precedentes en la simbólica capital kurda de Diyarbakir para tratar de revivir el agonizante proceso de paz iniciado entre el Gobierno de Ankara y la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Su líder, Abdullah Öçalan, advirtió el lunes de que el proceso se encuentra en un punto crítico y, aunque sigue en marcha, «camina sobre una fina capa de hielo».

Ante decenas de miles de personas, Erdogan instó a sus «hermanos» kurdos a apoyar sus esfuerzos para poner fin a un conflicto que se ha cobrado más de 45.000 vidas desde 1984. Destacó que pese a los obstáculos vividos por el actual proceso, su Gobierno está «trabajando duro» para lograr la paz.

«El proceso de paz se desarrollará con apoyo de mis hermanos de Diyarbakir. Turcos y kurdos no deben atacarse más, no se atacarán más», prometió.

«El futuro será mucho mejor. Veréis que aquellos que están en las montañas volverán y las cárceles serán evacuadas. No os preocupéis», señaló Erdogan en lo que parecía insinuar una posible amnistía para los guerrilleros kurdos del PKK.

«Estamos construyendo una nueva Turquía, junto con todos los grupos étnicos y religiosos. No habrá discriminación ni asimilación en estas nueva Turquía», manifestó el primer ministro, líder del islamista Partido de Justicia y Desarrollo (AKP).

Barzani, considerado hasta hace pocos años enemigo del Estado turco, se sumó al llamamiento a la paz y definió a Erdogan como un «líder valiente» que está preparando el terreno para la paz. «Ha llegado el momento de hacer una nueva historia», dijo el presidente del Gobierno autónomo de Kurdistán Sur.

«Ya ha pasado el tiempo de las guerras. Nadie se ha beneficiado de las guerras», señaló Barzani al hacer un llamamiento a los dos pueblos a apoyar el actual proceso de paz.

Por primera vez en sus once años al frente del Gobierno turco, Erdogan visitó ayer el Ayuntamiento de Diyarbakir, controlado por el prokurdo y opositor Partido de Paz y Democracia (BDP), y donde fue recibido por su alcalde, Osman Baydemir, y donde se reunión con los diputados independientes kurdos Leyla Zana y Ahmet Türk y con los parlamentarios del BDP Sirri Sakik y Altan Tan. Baydemir afirmó que el encuentro «es una contribución a la paz basada en la ley de la fraternidad que tanto necesitamos todos».

Críticas

Muchos de los presentes, con banderas kurdas, turcas y del AKP, escucharon emocionados los discursos de Erdogan y Barzani, pero la publicitada visita de Barzani a Diyarbakir fue recibida con cautela por el puebo kurdo.

Algunos consideran que Erdogan quiere aprovechar el encuentro con Barzani para mejorar sus posibilidades en las elecciones municipales de marzo de 2014, en detrimento del mayoritario BDP. «La participación de Barzani en un acto con el que el primer ministro dará inicio a su campaña está llena de significado», lamentó el líder local del BDP, Mehmet Emin Yilmaz.

Otros creen que Erdogan trata de sacar provecho de la influencia que el presidente de Kurdistán Sur tiene sobre los más de doce millones de kurdos que residen en Turquía y Kurdistán Norte para convencerles de su compromiso con la paz, en un momento en el que el proceso está estancado y parece más amenazado que nunca.

El PKK declaró un alto el fuego en marzo y dos meses después comenzó a retirar a sus combatientes hacia sus bases en las montañas de Kurdistán Sur, pero expresó su decepción por el inmovilismo de Ankara. Erdogan hizo algún gesto a finales setiembre, como el referido al derecho a la enseñanza privada en kurdo, pero se quedó muy lejos de las reivindicaciones kurdas en materia de autonomía y de reconocimiento de su identidad.

Cientos de personas se manifestaron en Diyarbakir tras una irónica pancarta con el lema «Barzani, ¿será usted candidato del AKP en Diyarbakir?».

Erdogan y Barzani participaron en Diyarbakir en una boda masiva de 300 parejas y en un concierto de dos importantes estrellas de la música popular kurda. Por la tarde, tenían previsto reunirse para hablar del proceso de paz, del fortalecimiento de sus relaciones bilaterales y también de la situación de los kurdos en Siria tras la decisión del Partido de la Unidad Democrática (PYD) de crear un Gobierno autónomo en Kurdistán Occidental.

El presidente turco, Abdullah Güll, denunció el viernes ese «hecho consumado», sobre el que Barzani mostró «preocupación».