Amaia GARTZIA

La catedral de Santa María de Gasteiz se desnuda en origen

La catedral vieja de Gasteiz abre su interior para mostrar sus naves despejadas, libres de estructuras. El avance en las obras de restauración permite ahora apreciar lo que es, una inmensidad de piedra vista y sobrecogedora desnudez. Con la «bóveda del milenio» recién estrenada, Santa María es un ejemplo de conservación del patrimonio, pero socializado.

Arrastrando problemas desde antaño, todas las intervenciones han supuesto problemas a las siguientes en la Catedral de Santa María. Una cadena de obras en la que cada eslabón de reformas ha empeorado y dificultado a las siguientes generaciones deshacer el entuerto de la anterior. Toda esa restauración se ha ido abriendo a los ojos de los ciudadanos, desvelando las distintas zonas intervenidas del templo. Ahora, le ha llegado el turno a la nave central de la catedral, desprovista ya de todo el andamiaje que la ocultaba. El resultado es un gran espacio vacío que ayuda apreciar más, si cabe, el ingenio arquitectónico con el que se erigían estos templos. Vacío, sí,pero lleno de pura arquitectura.

Fue en 1994 cuando se tomó la de decisión de cerrar al culto el templo debido a los graves problemas estructurales: una de las bóvedas, por ejemplo, sufrió un derrumbe parcial. Los estudios y asesorías de ingenieros sacaron dos problemas a la luz: uno, el casi total desconocimiento acerca de la catedral provocado por las numerosas intervenciones realizadas a lo largo de los siglos; otro, la situación de riesgo para inmueble y usuarios. Pero, además, quedó al desnudo la situación de abandono de la catedral, perceptible a través de problemas de todo tipo: «Goteras, palomas y su guano, hierbas, roturas de humedades, patologías de todo tipo; es decir, no se había invertido nada en su conservación», explica Juan Ignacio Lasagabaster, director de la Fundación Catedral de Santa María. Todo esto desde una restauración «muy potente», demasiado quizás, efectuada en los años 60 que aunque de loables intenciones, generó problemas, una vez más, en el futuro: «Ese fue un cambio terrible, de transformaciones estructurales completas».

El conjunto de trabajos está formalizado hoy día en un plan director de restauración, en desarrollo en la actualidad y llave de la solución para socializar la conservación y restauración de la catedral. La idea era encontrar algún tipo de uso a esta que justificase las inversiones necesarias, pero encontrando nuevas potencialidades y fomentándolas para toda la ciudad: «En esa reflexión, empezamos a ver relativamente pronto, cómo se podía recorrer la catedral de una manera muy diferente a la que se suelen recorrer otros edificios. No solo eso, el mero hecho de poder hacer ese recorrido y la manera de hacerlo, era una fuente de información sobre cómo son los monumentos, cómo están construidos, cómo se hacen las catedrales y la propia historia de esta, amén de la gran cantidad de información sobre la ciudad». Según Lasagabaster, estos descubrimientos están revolucionando viejas certezas en torno la fundación de Vitoria-Gasteiz o de la propia muralla. Toda esta abundante información será publicada en breve por la UPV.

Socializar el patrimonio

Sin embargo, hay muchas cosas aún por hacer, como zonas con problemas estructurales: «Mientras vamos resolviendo los problemas estructurales de cimentación hacia arriba, aparecen los de cubierta, etcétera». Pero eso no ha evitado que los gasteiztarras se queden solo con el recuerdo de la catedral: a medida que se han ido restaurando las diferentes zonas, estas han recibido un uso. La torre, la sacristía, el pórtico... En este se han ofrecido conciertos, sin ir más lejos.

El momento actual, su «fase de vestido», permite la reapertura y uso de la catedral, el culto en especial. No obstante, la catedral de Santa María de Gasteiz parece que no tiene intención de renunciar a ese uso social por el que se viene diferenciando desde hace algún tiempo. «Conciertos, teatro, y la musealización del templo, y de este recorrido de restauración», son ideas que recorren la Fundación que, ahora, desarrolla contenidos para las visitas.

Al acceder por la calle Cuchillería, donde se aprovechó un agujero dejado por la antigua calefacción, encontramos una interesante brecha en la muralla, que nos lleva a las raíces de la ciudad y que ha permitido hacer un firme completo como refuerzo estructural: la catedral tenía tendencia a caer hacia la colina. Una colina que también es apreciable en las criptas de la catedral.

Las excavaciones para consolidar la cimentación de la cabecera han proporcionado un valor añadido a los trabajos: «El foso de la muralla, varios fósiles...», son hallazgos que se podrán consultar con la publicación de los materiales antes aludidos.

Seguimos avanzando por las criptas, todavía revestidas en un mar de puntales ya que se encuentran debajo de la nave del crucero, de 9 metros de altura: «Es un espacio impresionante, que además de poder usarlo como museo... Simplemente pasear por aquí y disfrutar de este lugar es...», Lasagabaster no termina la frase, ya que, confiesa están un poco emocionados. «Este sitio va a ser una sorpresa, porque por mucho que vengas por aquí, ves todo este bosque de pilares y no te acabas de hacer una idea». El recorrido por las criptas se efectuará por pasarelas, siendo posible en algunos sitios descender al segundo nivel de estas. Además, serán accesibles también para gente discapacitada. «La gente sentirá que está sumergida en el lugar más antiguo de la ciudad».

El actual, con la «bóveda del milenio» recién colocada pero en el suelo, es un momento crucial para la catedral. Madera, piedra y tarima sobre las criptas. Está en el centro, donde se cruzan la nave central y la lateral; el suelo es una bóveda, plana por arriba y ligeramente curvada por abajo, sujeta ahora con todos los pilares de la cripta. Entre este mes y el siguiente irán soltando las piezas para que las piedras vayan entrando en carga poco a poco y se vayan asentando. «Es un momento un poco tenso, durará mucho tiempo pero te pone la piel de gallina» -ríe el director-; «decía un conocido que las bóvedas y los arcos se rigen por la ley del 5/500: en los cinco minutos no se caen, pero quitas esto y duran 500 años: ahora estamos en los cinco minutos».

Templo con usos públicos

Tal y como explica Lasagabaster, se ha resuelto el problema estructural del nivel subterráneo en todo el ala sur -que fue quien originó el problema al caerse las piezas- y el problema estructural de las cimentaciones de la cabecera. Conocido por sus arcos combados, se está intentando detener ese movimiento de apertura y cierre que modifica al año unos pocos milímetros los arcos. Para apreciarlo mejor, se está realizando desde hace un año un time laps.

Por otra parte, es interesante por ser la única iglesia del estado que posee espacios cedidos para uso público gracias al convenio firmado con el Obispado. Además, todas estas zonas poseen la singularidad de ser áreas notables.

El mismo convenio da la oportunidad de dar un uso cultural de los espacios de culto. Está claro que Santa María rezuma cultura e historia por todos sus pilares.

Una restauración respetuosa y socializada

Toda esa reflexión social ha llevado a «casi» condicionar la propia restauración, según Juan Ignacio Lasagabaster, «llegamos a pensar que lo lógico, racional, interesante y socialmente viable sería convertirlo en una participación ciudadana». Un proceso abierto a la ciudad donde se enraízan sus orígenes: «Porque se está haciendo con su dinero, en definitiva». Esa manera de pensar y socializar la catedral tiene además el valor añadido de ser reclamo turístico, ya que no se hace en ningún otro lugar conocido. Se ha conseguido socializar algo que, a fin de cuentas, fue construido por el propio vulgo, y normalmente se asocia a la religión y jerarquía católicas.

La catedral es reconocida por la UE y el Vaticano, amén de por arquitectos y arqueólogos, como el mayor proyecto de recuperación de un edificio histórico en Europa. Sabido es también el interés que el proyecto suscito en Ken Follet, quien lamentó no haber conocido la historia de la catedral antes de la redacción de «Los pilares de la tierra», aunque se inspiró en ella para «Un Mundo sin fin». Santa María ha pasado del «abierto por obras» al «abierto por conservación», explica Lasagabaster: «Es lo que justifica que sea mantenido, porque si lo dejamos solo para dar misas, apaga y vámonos». Dice bien. A.G.