Un total de 1.013 iraquíes murieron y otros 2.024 resultaron heridos en el mes de enero por acciones violentas, uno de los meses más sangrientos en los últimos años, según un informe difundido por el Gobierno iraquí, que indica que 795 de las víctimas fueron civiles, 122 militares y otros 96, miembros de las fuerzas de seguridad, además de 189 «hombres armados».