Raimundo Fitero
DE REOJO

Longevidad

Goenkale cumple veinte años emitiéndose en ETB-1. Una serie que acumula récords, casi todos en terrenos cuantitativos. ¿Cuántos telespectadores son fieles desde el primer momento de su emisión? De existir este tipo de ciudadano, debería formar parte del mismo estudio sociológico en el que se intentara aclarar la misma longevidad de esta producción por la que han pasado decenas de guionistas, directoras, actores y actrices. Digamos que ha sido una escuela para mucha parte de la profesión, aunque la deriva de su producción pueda entenderse como un mal ejemplo al reventar salarios y condiciones de trabajo.

Veinte años abarca a dos generaciones de actores y guionistas, pero también de espectadores y si en un principio en las poblaciones más euskaldunes chocaba o no se entendía el uso del batua, hoy, la realidad socio-lingüística ha cambiado radicalmente. La conexión o no con esta serie de los más jóvenes tiene que ver con sus formas, sus contenidos, y con los hábitos de ocio. Se ha evolucionado mucho en veinte años, ha cambiado de manera total el mapa de posibilidades televisivas, y su única exclusividad es el euskera, y ahí, quizás, se ha sido demasiado prudente. Se ha estancado la oferta. Acaba y termina la ficción televisiva en euskera en «Goenkale». Y no es bueno.

La culpa no es de esta serie, sino de los responsables de ETB, de las circunstancias, de los apoyos a la creación de otros formatos o de otras series. Las ha habido, incluso con resultados de audiencia comparables o incluso superiores en algún momento, pero desde siempre se han conformado con esta serie de producción exprés, sin mucho rigor artístico, populista, que se acerca a los temas de moda superficialmente y que desarrolla historias realmente de culebrón, una manera de atrapar audiencias. Aunque en este caso, las probables audiencias sean limitadas y a la vez cautivas.

No podemos decir mucho más que esperar que dentro de veinte años podamos escribir un artículo similar. Sería impensable una ETB-1 sin este serial. Es una imagen de marca. Guste o no guste, complazca más o menos su calidad artística, su propia longevidad es parte de su credibilidad y garantía de continuidad.