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Rousseff celebra las condenas por la matanza en la prisión de Carandirú

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó ayer que las condenas impuestas a 73 policías, algunos de ellos todavía en activo, por la matanza de 111 presos en la cárcel de Carandirú, fue una «victoria sobre la impunidad». La matanza se remonta al 2 de octubre de 1992 y se inició por un motín en el pabellón nueve de ese penal, el mayor de Brasil en la época, que albergaba a cerca de 8.000 internos hacinados y en condiciones insalubres. Las condenas van de 48 a 624 años de cárcel a los policías, que podrán recurrir la sentencia en libertad y, en cualquier caso, no pasarán más de 30 años en prisión.