¿Qué espacio ocupa Radical Independence Canpaign (RIC) dentro de la campaña?

Es parte de la campaña por el «sí». Agrupa distintos partidos políticos desde el centro hasta la izquierda, movimientos feministas, sindicatos... pasando por movimientos nacionalistas o marxistas. Yo no me considero nacionalista, soy internacionalista, pero formo parte de esta izquierda radical. Ver cómo distintos grupos trabajan juntos por la independencia es gratificante y espero que exitoso. El único que no forma parte de RIC es el Partido Comunista, que no es proindependentista.

¿Desde cuándo trabajan juntos?

La primera conferencia fue en noviembre de 2012, donde nos reunimos más de 800 personas de distintos ámbitos, pero grupos socialistas habían empezado a trabajar ya en lo que sería el germen de este movimiento.

Desde un punto de vista radical, ¿por qué Escocia debe ser independiente?

Es nuestra mejor opción. Es democrático. Es la oportunidad para crear una mejor Escocia.

¿Por qué no funciona Gran Bretaña?

Los gobernantes de Westminster no representan a la gente de la calle. La situación va a peor en educación, sanidad... Lo vimos en las elecciones al Parlamento de Escocia en 2011. No soy partidaria del SNP, pero es cierto que la oferta de políticas socialdemócratas, totalmente contraria a la de los tories, caló en la población y demostró que la realidad es distinta. La gente busca pequeñas cosas que ellos (Reino Unido) no ofrecen.

¿Qué puede pasar si gana el «no»?

Es difícil saber, pero creo que el movimiento independentista se radicalizará; una victoria del «no» hará crecer esa masa que quiere ver una Escocia independiente. Y evidentemente seguiremos luchando. La gente opina que si no ganamos, el Gobierno de Londres igualmente deberá ofrecernos algo. Ahora estamos centrados en ganar, pero sea cual sea el resultado vamos a tener que seguir luchando por reformas sociales camino de una Escocia diferente.

La victoria del «sí», por lo tanto, ¿tampoco traerá cambios inmediatos?

No. Pero quedará un marco mucho más favorable para luchar por esa justicia social. Ahora también lo estamos haciendo, pero la independencia nos dará la opción real de conseguir un cambio. La independencia es una llave.

¿De la independencia al socialismo o del socialismo a la independencia?

Depende de las oportunidades que tengas. Tenemos la ocasión de ser un país independiente y construir algo nuevo, algo mejor, a través de políticas mucho más sociales. Ambos caminos son correctos, pero creo que en nuestro caso podemos llegar al socialismo a través de la independencia.

Centrémonos en el debate. Uno de los puntos fuertes es la moneda.

Es un debate complicado. Evidentemente, Alex Salmond ha realizado ciertos discursos con los que no estamos muy en sintonía. Uno de ellos, el referido a la moneda, y qué decir de mantener a la reina... Todo eso responde a que no se quiere asustar al votante indeciso. Es decir, trasladar un mensaje de «el cambio no va a ser tan grande». Pero la verdad es que necesitamos cambiar. No veo por qué debemos mantener la libra. El único sentido que puede tener es el de mantener la moneda como un proceso de transición.

La UE también está en el punto de mira. Parece no haber futuro fuera de ella.

Esto no es más que una estrategia del «Proyecto Miedo». Para mucha gente, la UE no funciona, pero debe ser la gente de Escocia la que decida si mantenerse como miembro de ella o no. No tiene ningún sentido que tras ser parte de ella durante 40 años, nos echen.

¿En qué se puede centrar el debate en los próximos meses?

Creo que debe abordar qué tipo de Escocia queremos. Y, por supuesto, pensar en qué se puede ofrecer a la gente para que vote por el «sí». Sobre todo, no debemos esperar nada del Reino Unido, a los gobernantes les interesa tenernos como nos tienen ahora. Sin embargo, creo que la independencia de Escocia puede ser buena para la gente de Inglaterra o de Gales. Ver que aquí se pueden hacer las cosas de otro modo les puede persuadir de cambiar sus formas de hacer política.

¿Es el referéndum fruto de la opresión?

No, porque a diferencia de Euskal Herria, Escocia no ha sido una nación oprimida, ha sido una nación imperialista. Sin embargo, no ha sido por decisión de los ciudadanos de Escocia. Como país nos hemos beneficiado de ingresos coloniales, pero eso tampoco lo ha disfrutado el ciudadano. No estamos orgullosos y rechazamos ese pasado y, por eso, queremos construir algo distinto. Ahora tenemos lazos internacionalistas con otros pueblos que luchan contra sus opresores como Palestina o países que han sufrido guerras ilegales. Hacemos de esto una causa común.

¿Cómo ven aquí la prohibición al derecho a decidir de Euskal Herria o Països Catalans?

La gente tiene el derecho a decidir su futuro, a la autodeterminación y a identificarse como más conveniente vea. La prohibición del Gobierno español no es lógica. Debería haber más apoyos internacionales. Es importante diferenciar entre nacionalismo y autodeterminación. Yo no soy nacionalista, pero me identifico como escocesa y puedo y debo elegir mi futuro.

¿Son conscientes de la campaña internacional que está haciendo el unionismo a través de los medios?

En los medios de comunicación internacionales, tan solo sale la versión oficial, ya que son ellos los que tienen más poder. Quieren acallarnos e infundir miedo sobre la independencia de Escocia, porque si nosotros podemos ganar, Euskal Herria puede ganar, Catalunya puede ganar y otros tantos pueblos pueden ganar.