REAL SOCIEDAD 2

ESPAÑYOL 1

Carlos Vela reivindicó con la jugada que dio la victoria a la Real con el tiempo ya cumplido que en el fútbol los protagonistas son los futbolistas después de una semana en la que en el entorno blanquiazul solo se había hablado de su entrenador.

Una genialidad del mexicano tras recibir un pase largo en el tiempo añadido le bastó para decidir el partido y demostrar que cuando él y Griezmann marcan la diferencia la Real gana los partidos y, cuando no lo hacen, es un equipo como todos los demás, que unos días gana, otros empata y otros pierde.

También el partido de ayer demostró la fina línea que delimita el éxito del fracaso. El fútbol se decide por detalles y, unos pocos segundos antes del gol de Vela, Colotto tuvo el 1-2 en un remate muy claro a placer de cabeza en el que falló. Si acierta y el Espanyol gana las lecturas que se harían hoy del encuentro serían radicalmente diferentes, pero al final el fútbol tiende a ser justo y acostumbra a ganar el que más se lo merece.

La otra lección del encuentro de ayer la dio, una vez más, la afición de Anoeta, que demostró que a cada espectador le puede gustar más un entrenador que otro o un jugador que otro. Pero nadie secundó el intento ridículo propagado desde las redes sociales de pedir la dimisión del entrenador que, tras clasificar a su equipo para la fase de grupos de la Champions y para las semifinales de Copa, tiene hoy a la Real colocada en la sexta plaza en la Liga con nueve puntos y el average al Valencia. A falta de doce puntos por jugarse, la clasificación europea se puede dar por segura, pero no es suficiente. Hay que intentar acabar al menos sextos para evitar una ronda clasificatoria de Europa League y, sobre todo, es importante acabar el año con buenas sensaciones.

Un partido plano

El de ayer no dejó muchas más que las que siempre emanan de una victoria, pero eso era lo único importante. La Real necesitaba cortar la inercia negativa y el mérito fue mayor porque la victoria llegó con una remontada de un equipo que supo rehacerse al golpe que representó el gol de Jhon Córdoba.

El colombiano fue una de las dos sorpresas en la alineación inicial de Javier Aguirre y dio razón a su técnico porque causó muchos problemas a los dos centrales de la Real, que estuvieron especialmente desafortunados en la jugada del gol. Mikel González se equivocó en su intentó de rehacerse y Jon Ansotegi no estaba cerca para hacerle la cobertura y eso provocó que Córdoba se plantara solo ante Bravo y marcara.

La Real había dominado hasta ese momento, pero sin crear más ocasiones que una falta lanzada por Pardo y que Mikel González remató desde una posición correcta sin que Markel, que sí estaba en fuera de juego, tocara el balón o influyera en la jugada. El asistente levantó el banderín y la Real tuvo que esperar otros veinte minutos para marcar su primer gol en una acción afortunada. Sergio Canales sacó en corto uno de los ocho saques de esquina que botó su equipo en el primer tiempo para hacer una pared con Pardo y enviar un centro que tras golpear en Lanza se coló en la portería de Kiko Casilla.

A partir de ahí la Real tuvo sus mejores minutos, con un centro de Vela que no pudieron enviar a la red Canales primero y Agirretxe después. Tampoco fueron muchas más las opciones que fabricaron los blanquiazules, que a pesar de jugar con Pardo en la creación tuvo problemas para crear oportunidades ante la buena defensa del Espanyol, que todavía estuvo mejor en la segunda mitad.

Pocas ideas

A pesar de que Arrasate apostó por un centro del campo con Pardo, que comenzó muy bien, y Canales, que marcó su segundo gol en los últimos dos partidos, a la Real le costó demasiado buscar fisuras en el entramado defensivo del Espanyol.

Con decir que la ocasión más clara del segundo tiempo la protagonizó el debutante Pablo Hervías con su descaro al intentar sorprender con una vaselina desde más de treinta metros a Kiko Casilla queda todo dicho. Arrasate hizo debutar al jugador del filial para sustituir a un desacertado Chory Castro. También recurrió a Seferovic para jugar en lugar de Agirretxe con un egoísmo al buscar los disparos sin opciones claras de remate. Y finalmente entró David Zurutuza para suplir a un Sergio Canales que en las segundas partes baja su nivel.

Javier Aguirre quiso reforzar el aspecto defensivo al dar entrada a Pizzi en la media punta en lugar del delantero Córdoba, lesionado, pero no fueron los cambios de los entrenadores los que tuvieron ninguna influencia en el resultado, sino los aciertos y los fallos de los jugadores, que al final son los que ganan y pierden los partidos.

La Real defendió muy mal la opción en la que Colotto entró a rematar sin ninguna posición y no acertó a batir a Bravo y Vela sacó petróleo en una acción nada elaborada en la que con un control se fue de dos defensores y luego tuvo la sangre fría para acertar con un remate que vale mucho más que tres puntos.

Ayer más importante que ganar por la clasificación -la Real jugaba tras conocer el empate del Valencia y Levante y con un punto le bastaba para mantener la distancia con los tres equipos que le perseguían- lo era por dar tranquilidad y confianza al equipo y a su entorno.

Además fue capaz de competir y de ganar sin dos de sus mejores jugadores -Iñigo Martínez y Griezmann-, con el cuarto debut en el año que lleva Arrasate en el banquillo, tras los de Gaztañaga, Sangalli y Zaldua, todos ellos con minutos importantes. El partido no fue bueno, pero tras 48 encuentros es difícil jugar bien y no hay más que ver el resto de los equipos que han jugado tanto cómo están.

Ahora lo que cabe esperar es que la victoria dé al equipo un impulso para afrontar con renovadas energías los últimos cuatro partidos para intentar acabar con la mejor puntuación y las mejores sensaciones, que son las que al final cuentan.