Floren Aoiz
www.elomendia.com
JO PUNTUA

Casta política cobarde y una sociedad en pie

Valor sería, en definitiva, ser capaces de dejar de lado los intereses privados y la ambición por el poder y pensar más en la gente y menos en llenarse los bolsillos

Se acercan las elecciones europeas, también en Nafarroa, donde los partidos del régimen intentan a toda costa rebajar el perfil político de los comicios, para que a nadie se le ocurra plantearlos como una oportunidad de castigar a Barcina y sus compinches. Es muy significativo que la todavía presidenta del Gobierno de Navarra se parapete tras el PP para eludir sus responsabilidades intentando hurtar a la ciudadanía de nuevo la posibilidad de expresar su opinión sobre el despropósito de mantenerse a toda costa en el poder. Sin embargo, de un modo u otro, esta cita electoral, de refilón si queremos, también ofrece una forma de asestar una sonora bofetada al navarroespañolismo, sea en un su versión Barcinil o en la de los infames secuaces de Ferraz, que han perpetrado una nueva vileza ayudando a UPN.

Si no nos dejan votar en unas elecciones forales demandadas por la mayoría de la sociedad, no parece muy inteligente desperdiciar esta oportunidad, aunque la situación europea no anime a colapsar los colegios electorales. Y es que la apatía provocada por la crisis del régimen y la pésima imagen de la casta política es, paradójicamente, su gran esperanza. Y lo es porque esperan que la abstención impida a las fuerzas contrarias al régimen mostrar su fuerza, evitando que amplios sectores sociales hagan oír su indignación y sus deseos de cambio radical en la política navarra.

Barcina, que alardea de su supuesta valentía al evitar dimitir, se nos presenta como una política cobarde, que teme sobre todo a la expresión de la voluntad popular. Barcina y su partido tienen miedo a la ciudadanía y su prioridad es ganar tiempo para evitar que la voluntad popular pueda expresarse libremente.

A veces se confunde carecer de escrúpulos con ser valiente. Barcina y muchas otras personas de ese mundo sucio del régimen navarroespañolista nos han demostrado que, además de tener la mano muy larga y la cara muy dura, son capaces de cualquier cosa para perpetuarse en el poder. Esto, que nos venden como coraje, es egoísmo, poltronismo, ambición... pero no valor.

Valor habría sido presentarse el pasado jueves por la tarde en fiestas de la Txantrea ante las miles de personas concentradas para denunciar dos agresiones sexuales y sumarse al tsunami de indignación declarando la voluntad de enfrentarse al machismo en todas sus formas. Valor sería acudir este domingo 4 de mayo a Tafalla a manifestarse y apoyar a Fer, a quien quieren encarcelar por mostrar una fotografía para hacerle cumplir ¡una condena de un año de prisión! Valor sería sumarse a las movilizaciones obreras y plantar cara a la precariedad defendiendo lo público. Valor sería negarse a aplicar la Lomce y trasmitir a Wert un mensaje de insumisión. Valor sería, en definitiva, ser capaces de dejar de lado los intereses privados y la ambición por el poder y pensar más en la gente y menos en llenarse los bolsillos.

Nos gobiernan políticos y políticas cobardes, cuya única esperanza es nuestro desánimo. Necesitan nuestra apatía, por eso la movilización ideológica, política y social es, también esta vez, la respuesta que más les duele.