La jornada parecía preparada para que el Ibex atacara con fundamento los 10.600 puntos, pero se le acabaron resistiendo pese a las buenas noticias del día. En Estados Unidos, los máximos históricos del Dow Jones y del S&P 500, que traspasó por vez primera la línea de los 1.900 puntos, concitaban esa esperanza, aunque para el Ibex no era suficiente. Y tampoco le servía el visto bueno del Bundesbank a las medidas no convencionales del BCE, pese a que durante años se ha negado a admitir esa vía para fortalecer la economía europea. No obstante, la fiesta no era completa puesto que todavía es reticente a transigir con la compra masiva de deuda pública y privada. El giro del pensamiento alemán, que abre el camino a una actuación en junio, llegaba en el momento de conocerse los malos datos de mayo sobre expectativas empresariales y situación de la economía, según la estadística del instituto ZEW. Al cierre, el Ibex arañó un 0,19%, y hoy comenzará con 10,587,20 puntos. Algo más optimistas fueron las respuestas de París (+0,25%), Londres (+0,31%) y Fráncfort (+0,54%). Dentro del Ibex, los más alcistas fueron Bankia (+2,01%) y ArcelorMittal (+1,82%). La siderúrgica, que ha reducido sus pérdidas un 40% en el primer trimestre, se veía respaldada por las cuentas positivas de ThyssenKrupp. Entre los perdedores, destacó el sector de la energía. Enagás bajó un 3,71%, Red Eléctrica, un 2,47%, y Gas Natural, un 2,35%. De los grandes valores, el más fuerte era Santander (+0,87%). En París, los resultados catapultaron a Airbus (+6,16%), mientras que Total (-1,13%) encabezó las caídas.