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Diálogo de sordos ante la negativa de Kiev a hablar con los prorrusos

El arranque del diálogo nacional en Ucrania se convirtió en un diálogo de sordos ante el rechazo de las autoridades interinas de Kiev a mantener cualquier clase de conversaciones con los insurgentes prorrusos del este del país, aunque se mostraron dispuestas a discutir las propuestas de descentralización del poder en el marco de la iniciativa impulsada por sus aliados occidentales. Los rebeldes de Donetsk y Lugansk siguieron los pasos de Crimea y bloquearon unidades militares.

Las autoridades interinas ucranianas se mantuvieron ayer en sus trece al rechazar cualquier clase de diálogo con los insurgentes prorrusos del este del país y asegurar que no cederán a su «chantaje» durante la primera mesa redonda celebrada en el marco del diálogo nacional que comenzó ayer en la Rada Suprema (Parlamento) para buscar una solución a la crisis en el país. Mientras, las milicias prorrusas, que anunciaron la muerte de ocho soldados ucranianos en las inmediaciones de Slovyansk durante los combates que tuvieron lugar de madrugada, decidieron seguir el ejemplo de Crimea y ayer bloquearon por primera vez unidades militares ucranianas en las regiones de Donetsk y Lugansk, tras declarara que en su interior se encuentran «fuerzas ocupantes».

«Estamos dispuestos al diálogo, estamos dispuestos a escuchar a todos, pero para hacerse escuchar no es necesario disparar, robar y ocupar edificios. No permitiremos que aterroricen y chantajeen tanto las regiones de Donetsk y Lugansk como al resto del país», afirmó Oleksandr Turchinov, el presidente interino ucraniano.

El primer ministro, Arseni Yatseniuk, por su parte, se mostró dispuesto a discutir las propuestas de descentralización del poder y consideró que las enmiendas constitucionales en ese sentido, para lograr el equilibrio entre Kiev y las distintas regiones, es el principal mecanismo para lograr un acuerdo. Además, insistió, de la celebración de unas elecciones presidenciales «transparentes» que «doten al país de un nuevo jefe de Estado que sea legítimo».

La ex primera ministra y candidata presidencial, Yulia Timoshenko, responsabilizó al presidente ruso, Vladimir Putin, de la crisis, pero al mismo tiempo abogó por abrir un diálogo con el este y propuso celebrar la próxima mesa redonda en Donetsk.

Mientras tanto, Moscú no ha dejado de criticar a las autoridades de Kiev. Su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, declaró que el país donde «ucranianos matan a ucranianos» está al borde de la «guerra civil, y mencionó sus «fuertes sospechas» sobre la presencia de mercenarios occidentales en Ucrania.

Precisamente en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, hombres armados bloquearon sendas unidades militares ucranianas, copiando lo ocurrido hace dos meses en Crimea y que condujo finalmente al repliegue de las tropas ucranianas y a la integración de la península en Rusia el 21 de marzo.

Las líderes prorrusos considerarán «ilegal» la presencia de las fuerzas de seguridad ucranianas en su territorio, que serán tildadas a partir de ahora de «fuerzas ocupantes»..

Por otra parte, los separatistas de Donetsk anunciaron la creación de su propio órgano legislativo, que en su primera reunión aprobó un proyecto de Constitución. «Hemos formado un Soviet (Consejo) Supremo con 150 diputados. Durante la primera reunión se decidió crear un Consejo de Seguridad y se aprobó un proyecto de acta constitucional», destacó el copresidente de la república, Miroslav Rudenko.

Según el borrador constitucional, el jefe del Estado será el presidente del Soviet Supremo y será elegido por los propios diputados. La candidatura del jefe de la república separatista será abordada en los próximos días.

El líder de las milicias prorrusas de Donetsk. Viacheslav Ponomariov, informó ayer de la muerte de ocho soldados ucranianos durante los combates registrados de madrugada, cuando las tropas leales a Kiev intentaron atacar Slovyansk. «Nosotros también tuvimos bajas», dijo.