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La crisis entre Vietnam y China amenaza con agravar las disputas territoriales

El primer ministro de Vietnam, Nguyen Tan Dung, instó a adoptar las «medidas apropiadas» de forma «inmediata» para recuperar la seguridad de las personas e instalaciones afectadas por las protestas contra intereses y ciudadanos de China.

El Ministerio de Planificación e Inversión culpó a «extremistas» de los ataques perpetrados contra empresas chinas supuestamente como represalia por la construcción de una plataforma petrolífera en aguas en disputa entre los dos países.

Varias manifestaciones contra las reclamaciones territoriales de China en las islas Paracel, que ambos países se disputan, reunieron el fin de semana a varios miles de personas en Vietnam, donde en los últimos años las autoridades han alternado el permiso a estas protestas con su prohibición. Las marchas fueron convocadas después de que un buque chino colisionara con otro vietnamita que intentaba impedir la instalación de una plataforma petrolera de la compañía estatal china CNOOC.

La plataforma estaba situada originariamente en aguas al sur de Hong Kong, pero fue trasladada a las proximidades de las Paracel (que China denomina Xisha) el 2 de mayo, lo que fue considerado como una acción «ilegal» por Hanoi. El 3 de mayo la Administración de Seguridad Marítima de China anunció la prohibición de navegar a menos de una milla náutica (1,8 kilómetros) de la polémica plataforma, una distancia que el 5 de mayo aumentó a 3 millas náuticas (5,5 kilómetros).

Las Paracel están controladas de facto por China desde un enfrentamiento naval con Vietnam ocurrido en 1974, la llamada Batalla de las Islas Paracel, en la que fallecieron 53 marineros vietnamitas y 18 chinos.

La violencia que ha afectado a fábricas chinas y taiwanesas y que amenaza con agravar los conflictos en el mar de China Meridional comenzó el miércoles cuando unas 19.000 personas se manifestaron en un polígono industrial con negocios de textil y calzado taiwaneses, chinos y coreanos de la provincia de Binh Duong, en el sur del país. Al menos 15 edificios fueron quemados y centenares de empresas sufrieron daños, según un informe preliminar.

El Gobierno chino reaccionó ante los incidentes acusando a las autoridades de Hanoi de ser las responsables. «Los graves saqueos e incendios contra compañías chinas en Vietnam cuentan con la connivencia del Gobierno vietnamita hacia algunas fuerzas antichinas y criminales», dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying. Urgió a Vietnam a «asumir su responsabilidad, realizar una investigación, castigar seriamente a los criminales y dar compensaciones».