No son buenos tiempos para las bolsas. Al menos, para las europeas. Desde hace meses sigue el goteo incesante de malos datos macroeconómicos en la eurozona, que pone de relieve la gravedad de la situación y la actuación desconcertante y a la desesperada del BCE. Ayer, de nuevo, se agolpaban estas negativas referencias. En Alemania, los pedidos de fábrica bajaron en agosto un 5,7%, su mayor caída en cinco años, mientras que el PMI del comercio minorista de la eurozona registró el mes pasado el mayor descenso en diecisiete meses. También aumentaba la falta de confianza entre los invesores mucho más de lo esperado, según el índice de investigación Sentix. Además, el Estado francés podría encontrarse en dificultades para esquivar en su presupuesto las peticiones de recortes de Bruselas. Pese a este escenario, las bolsas continuaron con el rebote del viernes, pero su respuesta carecía de convencimiento y según se acercaba el cierre los avances se recortaron e incluso, coquetearon con el color rojo. El Ibex ganó un 0,74%, hasta los 10.645,70 puntos. En Londres (+0,55%), Fráncfort (+0,15%) y París (+0,11%) las subidas fueron inferiores. En el Ibex, se destacó Popular al apuntarse un 3,26%. Los títulos de Mediaset (+2,80%) y Sacyr (+2,02%) le acompañaron en la parte alta. En el otro extremo acabaron Abengoa (-2,80%) y Gamesa (-1,36%). De los grandes, todos en verde, el más fuerte era Inditex (+1,75%). En París, el mejor fue Publicis (+2,67%), frente a Schneider (-1,24%) y Technip (-1,24%), los más bajistas de la jornada.