MODIFICACIÓN PARCIAL DE LA LEY DEL VASCUENCE

Barcina tilda de «política» y «cara» la reforma para impulsar el modelo D

La presidenta navarra se ha tomado muy mal el anuncio de la reforma de la Ley del Vascuence para impulsar la enseñanza en euskara en la «zona no vascófona». Todavía apela a la nueva líder del PSN, María Chivite, para que se apee del consenso, aunque este partido es uno de los suscribientes de la propuesta. Barcina usa dos argumentos de alto calibre: «Hay un objetivo político de cambiar la realidad institucional mediante el idioma» y «tendrá muchos costes».

A poco más de medio año de unas elecciones cruciales en Nafarroa, la noticia del consenso para la reforma que permitirá estudiar en euskara en la «zona no vascófona» allá donde exista demanda ha supuesto una doble mala noticia para Yolanda Barcina. Por un lado, se trata de la primera modificación sustancial de la Ley del Vascuence, uno de los tótems de UPN, en casi tres décadas de vigencia. Y por otro, confirma las sinergias que se van alcanzando entre la oposición parlamentaria, y que en este caso incluye desde el PSN hasta EH Bildu. Así las cosas, Barcina no escondió su enfado ayer, con una andanada en toda regla contra esta propuesta de modificación, registrada ya por PSN, Geroa Bai e I-E.

Su primera crítica atañe a la cuestión nuclear del estatus del herrialde. Barcina afirma que tras esta reforma se palpa el «objetivo político» de las fuerzas abertzales de «cambiar la realidad institucional de Navarra» y hacerlo «a través del idioma».

Según este argumento, el impulso al euskara que subyace en este planteamiento viene a ser algo instrumental, dado que la cuestión lingüística «está siendo utilizada no de un modo cultural, sino para conseguir unos objetivos políticos por parte del nacionalismo vasco».

Junto a ello, la líder de UPN dice temer que la mera posibilidad de ofertar modelo D en la «zona no vascófona» tenga el efecto de «crear demandas artificiales» dado que «es llevar el idioma a un lugar donde no se ha hablado».

En paralelo, Yolanda Barcina augura que la reforma «tendrá muchísimos costes», lo que implícitamente parece indicar que es consciente que habrá una importante demanda de líneas en euskara en estas localidades (no solo Tafallaldea y Erribera, sino también Lizarraldea, la zona del Pirineo...)

En un enfoque más general, la presidenta navarra asegura, obviando todas las protestas ciudadanas registradas, que la Ley del Vascuence lleva 28 años «funcionando bien».

Y, en un último intento de frenar lo que ya parece inevitable, Barcina emplaza al PSN a explicar por qué une sus votos a los de EH Bildu o Geroa Bai para sacar adelante esta reforma, que recuerda que no iba en su programa electoral. Aquí hace una apelación concreta a María Chivite, nueva secretaria general y ganadora además de las primarias realizadas este domingo. Juan José Lizarbe, portavoz parlamentario, le replicó horas después afirmando que el PSN solo está defendiendo la educación pública mientras UPN prefiere que los niños y niñas estudien en ikastolas privadas.

Por si aún no quedara clara la importancia que concede UPN a esta cuestión lingüística, Barcina añade como resumen que «la Ley del Vascuence es una `ley de Estado' en una comunidad foral como Navarra» y por tanto «necesita el consenso mayoritario que ha tenido siempre por quienes defienden este modelo de comunidad».

UPN compartirá soledad con el PP en el debate parlamentario. La portavoz de Educación de este último partido, Amaia Zarranz, no fue menos contundente que Barcina. Reprochó a los demás grupos que no hayan querido siquiera enseñar su propuesta al PP cuando «se lo pedimos varias veces». Zarranz asegura además que no hay demanda suficiente de educación en euskara en estas localidades. Cita problemas económicos de algunas ikastolas de la zona (señala concretamente a la de Fontellas) para concluir que prestar este servicio en la red pública no será nada rentable.

ELA, LAB y STEE-EILAS

Mientras, la reforma anunciada sigue sumando apoyos sociales. ELA la define como «imprescindible», aunque matiza que su desarrollo posterior «no puede quedar a criterio del Gobierno de Navarra». Alerta de que «existe un grave riesgo de que el Gobierno Barcina utilice la concreción de la demanda mínima de alumnos de un modo antidemocrático».

LAB reitera la apuesta por la oficialidad, habla de «primer paso» y también expone preocupación por «cómo se va a responder a esa demanda. ¿Lo va a hacer un decreto de hace 26 años, lo va a marcar el Gobierno que nos ha llevado a esta situación, van a ser los recursos económicos el límite...?»

Para STEE-EILAS, «es un cambio escaso, pero esperemos que el inicio de una nueva era». Muestra igualmente sus dudas sobre UPN: «Esperemos que la oferta venga lo suficientemente publicitada y se acompañe de una campaña animando a matricular en el único modelo que garantiza el conocimiento de los dos idiomas oficiales y que tan buenos resultados está dando en la capacitación de idiomas extranjeros».