Raimundo Fitero
DE REOJO

Mala suerte

Con la salud no se juega. Sabemos que los políticos, en abierto o en diferido, juegan con nuestra salud, en ocasiones de manera despiadada. Pero que se nos ofrezca una noticia orbi et orbe con el matasellos de la prestigiosa revista Science, en que se nos comunica a los presentes que hay una serie de cánceres que no se debe a contaminación ni malos hábitos, sino a la «mala suerte biológica», nos parece una rudimentaria manera de consolarnos. O de asustarnos. O de convertirnos en una tómbola. El ADN se transforma en un factor aleatorio que va jugando a la ruleta rusa o japonesa. El cáncer como una paráfrasis del bingo. O la medicina convertida en un efecto de la ludopatía. No es serio.

A partir de ahora no va a haber manera de hacer campañas preventivas. Se acaban de cargar todos los mitos, leyendas, miedos y atrofias sociales respecto a verdades tenidas por absolutas como el tabaco, el amianto, la cebolla o las duchas con agua fría. Hagas lo que hagas, si te toca, estás jodida. Y si tienes buena mala suerte, te salvas. Aseguran los apóstoles del nuevo testamento científico que para aparecer un artículo en ese compendio de evangelios de la nueva era se deben comprobar resultados y hacer estudios contrastados y de larga duración. Por lo tanto o se trata de una conspiración entre los productores de azúcar, las tabaqueras, los gimnasios y los dueños de casinos o la idea de salud ha saltado por los aires.

Jugamos a los ciegos, a las maquinitas y al cáncer. Perdón por esta frase desmesurada y preanalítica. Ni somos conscientes de que estamos jugando, juegan nuestras estructuras moleculares; los regalitos de papá y mamá, cuentan, pero un poco menos; lo de las razas, solamente sirve para las fantasías sexuales porque al final en un bombo secreto, sale carcinoma y que te den morcilla. O quimioterapia. O la extremaunción. No hay derecho. ¿Qué tiene que decir a esto el Papa Francisco? Y los galenos, ¿cómo van a seguir con su frase hecha de que cuando no saben qué decirte, lo resuelven con un genérico «es genético»? Ahora todo va a ser culpa de la mala suerte. Empiezo a repudiar a mis células madres y a sus juegos locos descontrolados.