Raimundo Fitero
DE REOJO

Un poco más

Parte de la prensa alemana ya ha descontado del euro a Grecia. Es una de las armas electorales de las derechas europeas recalcitrantes para intentar boicotear las elecciones libres allá donde vean peligrar sus intereses. Se trata de crear un miedo que haga temblar la mano de los griegos que lleven el voto hacia la opción de izquierdas que se anuncia como posible ganadora. Es un poco más de lo mismo. Al igual que seguir ese espacio electoral marianista que se llama «Informe semanal» en donde describieron un año 2015 fantástico, todo va ir mejor que bien. Se parece bastante al mundo de Urkullu y sus perfiles que ya va dando adelanto a los funcionarios, por una casualidad presupuestaria acorde con las campanadas a elecciones locales.

Siempre, históricamente, «Informe Semanal» ha sido un programa informativo que estaba muy bien incardinado a los intereses del gobierno de turno, pero en sus principios esos intereses eran amplios, y los temas muy abiertos, y la manipulación se disimulaba. Solamente había barra libre manipuladora para meterse con la más absoluta impunidad con la izquierda abertzale o para hacer panegíricos del suegro de Urdangarin. En el resto de asuntos existía un equilibrio. Y, sobre todo, una elaboración periodística adecuada. Ahora no, ahora campa a sus anchas la indecencia, el servilismo, el fanatismo propagandístico con disfraz de periodismo. Se tata de acumular mentiras y medias verdades, sin más investigación que las consignas de los ideólogos de la banda en el poder.

No existe otra opción que la alabanza, ni siquiera se permite la duda. Bueno, en la tele de Cospedal, en Castilla-La Mancha, no permiten ni vestir de negro a los presentadores o reporteras de sus espacios informativos, ya que es la protesta que han decidido hacer los sindicatos para denunciar la asfixiante manipulación informativa y censura, de las más ridículas y alucinantes que deja en ocasiones a la televisión de Corea del Norte como ejemplar y abierta. Estamos como siempre, pero ahora un poco más, porque no hay defensas sociales ni políticas. No hay ética más allá del soborno, el miedo, la falta de criterios y los intereses creados. Año electoral.