Raimundo Fitero
DE REOJO

Elucubraciones

Aveces me quedo mirando el techo y creo ver descripciones de la irrealidad en el plafón ribeteado. Es como una abducción pánica, un viaje hacia ese misterio que anida en todo pensamiento suspendido en la nube de un acceso de ira o de risa. Algunos le llaman elucubraciones. Se trata de pensar mal para acertar o para reconstruir un relato posible de lo que está sucediendo. En esos cuelgues, paso de la trama de la novela que me ocupa mis tiempo de intimidad activa a establecer ciertas teoría de low cost sobre las medidas represivas de Rajoy y su banda o de los criterios de los ejecutivos de las productoras y los cabales para iniciar proyectos inviables, mantenerlos en pantalla como un acto suicida o debido a unas pleitesías, convenios u otras figuras del pesebre que no soy capaz de imaginar.

En los despachos donde se toman decisiones en los canales y cadenas habitan personas de amplia experiencia, de un bien trabajado currículum profesional, con sueldos acordes con esos conocimientos. En las productoras audiovisuales hay departamentos enteros para pergeñar nuevos proyectos, para revisar todos los canales y plataformas del mundo entero donde encontrar inspiración o copiar directamente, y están plagadas de un personal que acumula éxitos y capacidad contrastada. Pues bien, se juntan todos esos factores a priori positivos y acaban sacando una serie tan horrorosa como «Las aventuras del Capitán Alatriste». Y en mis elucubraciones no encuentro argumentación para justificarlo.

Porque esas personas que deciden ven el proyecto, una muestra, un reparto, pueden revisar grabaciones, variar tramas, reiniciar rodajes, buscar soluciones mientras se elabora, pero tras pasar por todos esos controles, acaban colocando en su parrilla productos malos. Sí, hay una excusa llegados a este punto: ya se han pagado los capítulos (no siempre), por lo tanto se emiten por si acaso suena la flauta. ¿Es rentable emitir un episodio, dos o tres sabiendo que no tiene recorrido la serie? Asuntos de empresa. Porque no me cabe pensar que esos ejecutivos no saben a primera vista si algo funciona o no. Sobre todo cuando es tan malo y de tan baja calidad como la serie citada.