Raimundo Fitero
DE REOJO

Muerta

Cada vez estamos más cerca del fracaso democrático total. La última acción conocida, admitida, argumentada y consentida es un acto de burda y nítida censura en TV3, donde un juzgado ordenó cortar cinco minutos a un documental llamado «Ciutat morta». La muerta es la democracia, la decencia, la libertad de expresión. Seguro que todos los que han perpetrado este ruin acto, se consideraron Charlie hace cuatro días, cuando lo que son de manera recalcitrante es liberticidas. Y hay que temerse que esto no ha hecho nada más que empezar.

El documental trata de un caso no aclarado con intervenciones de la guardia urbana barcelonesa, y donde las dudas crecen porque hay demasiadas zonas oscuras porque el relato empieza con una manifestación, cargas policiales, y todo lo sucedido posteriormente en donde hay jóvenes encarcelados, y dos agentes de ese cuerpo municipal que de ser acusados de torturas termina con una pensión vitalicia por discapacidad. Oscuridad. Y claro, no se pueden tocar, porque los cristianos, y especialmente los católicos, no son fanáticos y son muy suspicaces, por eso dice el alcalde Trías que «no se puede dudar de quienes ponen orden en la ciudad».

Una frase de película de vaqueros, pero que viene a reafirmar la sensación del estado policial al que nos dirigimos irremediablemente, a la protección pre-democrática de todos los abusos policiales y de la clara vocación de demolición de los más imprescindibles derechos ciudadanos frente a las razones paranoicas de los gobiernos actuales por crear un espacio de impunidad para que se pueda desarrollar el trabajo sucio con todos los excesos de las supuestas fuerzas del orden. Lo sucedido en Bélgica con operativos policiales por todo el país y la muerte de tres ciudadanos árabes acusados con esa vaguedad tan insolente de estar preparando «un atentado inminente» es una buena muestra de ello. Estados de excepción de facto. Pero con reglamentación en la mano para restringir más las libertades de todos, sea del color, la religión o la ideología que se sea. Reclamar la libertad sin matizaciones ni excepciones es una tarea urgente de la ciudadanía. Que la única muerta sea la censura.