Raimundo Fitero
DE REOJO

Impostura

El caso de la actriz catalana Anna Allen está empezando a convertirse en un asunto de estudio clínico. Esta joven actriz formó parte durante muchos capítulos de la serie «Cuéntame», y después de un ostracismo relativo, se ha hecho famosa por sus supuestas imposturas, delirios o simulaciones sobre su vida profesional que la ha hecho formar parte de esa gran nómina de gente como el pequeño Nicolás que aparentan, que dicen tener más conocimientos, más posibilidades y mejores relaciones que las que tiene.

Se le descubrió que las fotos que colgaba en las redes sociales diciendo que había estado en la ceremonia de los Óscar, o como actriz de reparto en esa maravillosa serie que se llama «The Big Bang Theory», estaban trucadas, que eran un montaje. Ella aseguraba que estaba llevando una vida profesional deslumbrante en Hollywood y sus alrededores, pero parece ser que todo eran sueños, ensoñaciones, deseos, autoengaños, pero que casi nada de lo que dice es verdad. Estamos ante un caso muy repetido. En la misma ceremonia de los Óscar apareció Sonia Monroy, vestida con la bandera de España y no le dejaron pasar los servicios de seguridad. Y si miramos un poco hacia atrás son muchas las actrices que han ido a la meca del cine y se han traído marido y poco más. Otros y otras, ni eso. Desolación, pérdida de autoestima y complicaciones personales y profesionales.

Por eso el caso de Anna Allen se debería encuadrar dentro de un problema más general, y pensando, como advierten quienes la conocen, por trabajar con ella, que le ha sucedido algo extraño, que se puede tratar de un problema más serio, un desdoblamiento de personalidad, o sea, para pocas bromas. Pero sin llegar a este diagnóstico, lo cierto es que la fama es efímera, que el sistema de contratación se mueve por intereses no siempre artísticos, que existe un paro estructural en actores y actrices que ronda el ochenta por ciento y que llamar la atención parece una manera de que te vuelva a sonar el teléfono. Y en última instancia, esta supuesta impostura, es bastante menos lesiva para la sociedad que la de algunos políticos en campaña electoral. La justicia va poniendo a algunos en el banquillo.