Beñat Zarrabeitia
Miles de hinchas de los «red devils» salieron a la calle para solicitar la marcha de la familia Glazer de la entidad
Miles de hinchas de los «red devils» salieron a la calle para solicitar la marcha de la familia Glazer de la entidad
Anthony DEVLIN (AFP)

«Glazer out»: Un grito transversal contra los dueños en Old Trafford

El 22 de agosto, horas antes del choque de Premier que enfrentaba a Manchester United y Liverpool, miles de hinchas de los red devils salieron a la calle convocados por el grupo 1958 para solicitar la marcha de la familia Glazer de la entidad.

No fue la primera gran protesta de los aficionados contra la propiedad, ya que el 2 de mayo de 2021, pocos días después del fallido intento de crear la Superliga también dieron cuenta de su enfado. Tanto, que por primera vez en los 30 años de la Premier League, el encuentro que debían disputar ante el Liverpool quedó suspendido por el colapso organizado por los manifestantes en los aledaños del estadio, así como por la irrupción de un centenar de seguidores mancunianos en el césped de Old Trafford. Desde hace años, los cánticos y pancartas que rezan «Glazer out» o «Get out» inundan el Teatro de los Sueños y son numerosos los hinchas que lucen bufandas de color verde y amarillo. Una iniciativa que surgió hace más de una década, apelando a la indumentaria del Newton Heath, el club precursor del Manchester United. En 2010, con motivo de un choque entre los red devils y el Milan en la Champions, a la conclusión del mismo, David Beckham se colgó dichas bufandas en su retorno a casa. No fue un gesto cualquiera, ya que, por ejemplo, el empleado del club Jerry Vyse fue despedido por posar con tal enseña.

Las raíces de la protesta están en la compra de acciones efectuada, a través de una opa hostil, por la familia Glazer entre 2003 y 2005. Se quedaron así con el 75% del club mediante una operación apalancada que derivó en que una entidad completamente saneada pasase a tener una deuda de 660 millones de libras. Pocos meses después, un grupo de aficionados creó el FC United of Manchester un club de carácter popular que ahora milita en Séptima división. Entre 2006 y 2010, anualmente, el Manchester United tuvo que pagar 95 millones de media en intereses. En 2012, con una re-financiación de 500 millones y la salida a la bolsa de Wall Street, lograron reducir una deuda que actualmente se sitúa cerca de los 550 millones.

Los propietarios del club, Avram y Joel Glazer, son hijos de Malcolm Glazer, un billonario estadounidense fallecido en 2014 y cuya fortuna comenzó a cimentarse gracias a un negocio inmobiliario cerca de Nueva York. Posteriormente se hizo con el Bank of Savannah, creó First Allied Corporation, invirtió en Harley o Formica y pasó a controlar Zapata Corporation. Una empresa energética dedicada al fuel y el gas fundada por George H.W. Bush, el que fuera presidente de EEUU entre 1988 y 1992, además de padre del inquilino de la Casa Blanca entre 2000 y 2008. Otro de sus negocios fue adquirir a los Tampa Bay Buccaneers de la NFL.

Aficionados portan pancartas de «Glazers out». (Anthony DEVLIN/AFP)

1.600 millones en fichajes, 550 de deuda

Durante más de una década, los Glazer se apoyaron en Ed Woordward, un contable que había trabajado en la consultora PwC y el banco JP Morgan. En 2007, pasó a controlar las operaciones comerciales del Manchester United y cinco años después fue nombrado como director ejecutivo del conjunto mancuniano. Un cargo que ocupó hasta el pasado mes de febrero, en medio de grandes críticas, cuando fue relevado por Richard Arnold. Exceptuando la liga ganada en 2013, en lo que supuso la despedida de Ferguson, el saldo de Woodward al mando del club es nefasto, ya que apenas sumó la FA Cup de 2016, la Europa League de 2017, las Charity Shield de 2013 y 2016, así como la Copa de la Liga de 2017. Un exiguo botín para un conjunto que se ha gastado cerca de 1.600 millones de euros en los últimos 10 años y que ha sentado en su banquillo a Moyes, Van Gaal, Mourinho, Solskjaer, Rangnick y, ahora, Ten Hag. En el capítulo de ventas, en contraposición, han sumado alrededor de 415 millones de euros.

Una de las operaciones más ruinosas fue la de Paul Pogba, un futbolista que llegó con 17 años al Manchester United y que abandonó la entidad en 2013 una vez finalizado su contrato para firmar por la Juventus. Tres temporadas después, en 2016, los ingleses pagaron 120 millones de euros a la vecchia signora por hacerse con sus servicios en lo que supuso el entonces fichaje más caro de la historia. Hace escasos meses, después de ofrecer un rendimiento decepcionante en Old Trafford, Pogba volvió a Turín una vez acabada su relación contractual con los red devils. Para más inri, atendiendo al informe anual de Deloitte, pese a que el Manchester United sigue siendo uno de los cinco clubes más valiosos del mundo, la primera posición ha pasado a ser para sus vecinos del City.

Además de los hinchas, entre los que destacan grupos como 1958 o MUST -Manchester United Supporters Trust-, antiguos jugadores del equipo han alzado la voz contra el proceder de los Glazer. Durante la protesta que en 2021 suspendió el partido contra el Liverpool, Gary Neville y Roy Keane mostraron su apoyó a los hinchas. No han sido los únicos, ya que Eric Cantona señaló que «los Glazer no son nada en comparación con el Manchester United», mientras que Lee Sharpe manifestó que la deuda del club era
«desgraciada y vergonzosa». Por su parte, en declaraciones a So Foot, Ander Herrera indicó que «durante mi estancia había momentos en los que sentía que el fútbol no era la cosa más importante en el club». Mark Bosnich, Nicky Butt, Paul Parker, Paul Scholes o Patrice Evra son otros de los que se han posicionado públicamente en contra de los dueños. Edward Freedman, el que fuera máximo responsable del marketing del club en los noventa - y que también trabajó para el Athletic, la federación inglesa, la Roma, el Tottenham o las Spice Girls, indicó a The Athletic que «los Glazer no tienen ni idea de
marketing».

El rechazo a la gestión de los propietarios es transversal, pero las incógnitas acechan. En primer lugar, por los pasos que puedan dar los Glazer y, también, debido al perfil de los interesados en hacerse con el club. Y es que tras su intento fallido de comprar Twitter, el multimillonario Elon Musk -dueño de Tesla y hombre más rico del mundo- especuló con la posibilidad de adquirir el club, algo que desmintió poco después. Más serio parece el interés de Sir Jim Ratcliffle, CEO de la petroquímica Ineos, para comprar una entidad que según Forbes está valorada en 4600 millones de dólares. Su compañía ha invertido en el deporte conformando el equipo ciclista más potente del mundo, adquiriendo el Niza francés y el Lausanne suizo, creando a un equipo de vela, patrocinando a la selección neozelandesa de rugby -acuerdo duramente criticado por Greenpeace que acusa a la empresa de «greenwashing», convirtiéndose en el principal patrocinador de la escudería Mercedes en la Formula Uno o poniendo en marcha la «Ineos 1:59 Challenge», maratón en la que el atleta keniano Eliud Kipchoge logró bajar de las dos horas. Meses atrás, coincidiendo con la salida de Abramovich, Ratcliffe intentó hacerse con el Chelsea, pero su oferta no fue aceptada.

Encuentro entre el Manchester United y Liverpool del pasado 22 de agosto. (Paul ELLIS/AFP)

Ten Hag empieza a dar con la tecla y marca su impronta

No ha sido un verano fácil para el Manchester United, a pesar de 240 millones de euros invertidos en fichajes. En primer lugar, nombraron al neerlandés Erik Ten Hag como entrenador y se permitió la salida de Ralf Rangnick de la entidad. El gran trabajo realizado en el Ajax, su experiencia en el filial del Bayern y el haber trabajado con Guardiola o su dominio del inglés fueron algunos de los elementos que le llevaron a ser elegido para el puesto.

Desde un inicio, su principal objetivo fue Frenkie de Jong, pero su compatriota no ha querido moverse de Barcelona. En cambio, sí que ha podido reclutar desde el propio Ajax al argentino Lisandro Martínez y al brasileño Antony. La otra gran incorporación ha sido la de Casemiro, tras pagar 70 millones al Real Madrid. Junto a ellos, han llegado el también neerlandés Malacia, el danés Eriksen y el meta eslovaco Dubravka. Por su parte, Martial, Pellistri, Tuanzebe y Van de Beek han regresado ras sus respectivas cesiones.

Durante toda la ventana de mercado se especuló con una posible marcha de Cristiano Ronaldo, vinculándole a Chelsea, Nápoles o Sporting de Lisboa, pero el luso permanece en Old Trafford. En cambio, quienes no llegaron, aparte del citado De Jong, fueron Arnautovic y Rabiot, futbolistas por los que también se interesó el conjunto mancuniano. En el capítulo de salidas, las que sí que se concretaron fueron las de Alex Telles, Andreas Pereira, Bailly, Cavani, Chong, Diallo, Lingaard, Mata, Matic, Mejbri y Pogba. Asimismo, Dean Henderson sigue cedido en el Forest.

El comienzo del curso no pudo ser más frustrante, la derrota inicial por uno a dos frente al Brighton en casa se tornó en crisis tras el varapalo sufrido en Bredtford. El conjunto londinense goleó red devils (4-0), que ofrecieron una lamentable imagen, repleta de errores individuales y dando la sensación de ser un equipo deshilachado. Algo que se evidenció a través de los números, ya que los futbolistas del Brentford corrieron 13,8 kilómetros más que los del Manchester United. Al día siguiente, Ten Hag canceló la jornada de descanso prevista y obligó a sus jugadores a correr 13,8 kilómetros en señal de castigo. Anteriormente, durante la gira asiática, prohibió el uso de los móviles durante las cómidas del equipo.

El fichaje de Casemiro y las protestas de los hinchas contra los Glazer antes del encuentro ante el Liverpool fueron un revulsivo, ya que superaron holgadamente a los reds en un encuentro en el que el técnico neerlandés dejó sentados a Maguire y Cristiano Ronaldo. De hecho, para ganar al equipo de Klopp, los jugadores del Manchester United recorrieron 18,3 kilómetros más de los que cubrieron durante su derrota ante el Brentford. Posteriormente, la mejoría siguió con otra victoria contra el Southampton, en un partido en el que el coste de los futbolistas del banquillo mancuniano alcanzaba los 350 millones de euros. El equipo siguió con su buena línea venciendo en Leicester y confirmó su buen momento ganando por tres a uno al Arsenal en casa en un vibrante partido.

Tras el triunfo en Southampton, Scott McTominay señaló que «no llegaremos muy lejos si no tenemos espíritu de equipo». Una semana después, en Leicester, Ten Hag manifestó que se estaba viendo «el desarrollo de los automatismos», mientras que a la conclusión del partido contra el Arsenal el neerlandés destacó que el objetivo es «elevar el listón cada día». Un ideario en el que se cimenta el relato y estilo que quiere imponer el técnico.

En lo que a la composición del once se refiere, pese a las críticas, De Gea sigue en la portería, con una defensa formada por Dalot a la derecha, Lisandro y Varane como centrales y con Malacia a la izquierda. El zaguero argentino fue objeto de memes debido a su relativamente corta estatura, pero está demostrando una extraordinaria jerarquía que se traduce, por ejemplo, en que gana más del 60% de los duelos aéreos que disputa. En el centro del campo, la dupla formada por McTominay y Eriksen, de momento, ha cerrado la puerta a Casemiro, aunque es probable que el brasileño acabe siendo un fijo. Con la llegada del danés, el Manchester United cuenta con un medio de carácter asociativo, dejando atrás el estilo de conducción individual de Pogba. Además, Eriksen, que tiene una gran llegada, ha conectado con el omnipresente Bruno Fernandes. El luso es el encargado de dar el último pase para aprovechar la velocidad y regate de Rashford, Sancho y el recién llegado Antony. Desde el banquillo, aparecen las opciones de CR7, Fred, Maguire, Shaw, Elanga o Van de Beek, sin olvidar al ahora lesionado Martial.