Beñat Zarrabeitia
El Omonia Nicosia es también conocido como «el equipo del pueblo» y es el club más popular de la isla.
El Omonia Nicosia es también conocido como «el equipo del pueblo» y es el club más popular de la isla.
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Omonia: Identidad y divisiones en un club fundado durante «el motín comunista»

El nacimiento del Omonia Nicosia, también conocido como «el equipo del pueblo» y club más popular de la isla, está absolutamente ligado a la Guerra Civil Griega desarrollada entre 1946 y 1949.

Desde hace 48 años, Nicosia es una capital dividida por alambradas, puestos de control y con una «zona de seguridad», conocida como la «Línea Verde», controlada por las tropas de Naciones Unidas que separa a las comunidades greco-chipriota y turco-chipriota. Una cicatriz que extiende por toda la isla desde que la Grecia de «los coroneles» diese un Golpe de Estado en busca de forzar la «enosis» –la unión de Grecia con Chipre– y al que Turquía respondió con la invasión del norte del país mediante lo que se denominó como «Operación Atila».

El conflicto desencadenó, en únicamente cuatro días y tras años de movilizaciones estudiantiles, el final de la dictadura helena, en cuya caída jugó un papel determinante el Estado francés. Desde entonces, asimismo, dos tercios de la isla pertenecen a la República de Chipre, mientras que el restante está ocupado por las fuerzas otomanas conformando la República Turca del Norte de Chipre, un Estado únicamente reconocido por Turquía y la Organización de la Conferencia Islámica. La capital, en ambos casos, es Nicosia, también conocida como Lefkosa en el caso turco-chipriota, que controla la zona norte. Anteriormente, en 1963, apenas tres años después de la independencia de Chipre respecto a la metrópoli británica, se produjeron las primeras tensiones entre ambas comunidades, produciéndose una serie de tiroteos que provocaron la división militar de la ciudad.

El nacimiento del Omonia Nicosia, también conocido como «el equipo del pueblo» y club más popular de la isla, está absolutamente ligado a la Guerra Civil Griega desarrollada entre 1946 y 1949. Fue el primer gran conflicto europeo después de la II. Guerra Mundial, en el que el Partido Comunista (KKE) y el ELAS, principal movimiento revolucionario que combatió la invasión fascista en 1941, se enfrentaron a las fuerzas armadas helenas, que contaron con el apoyo de los conservadores, así como de EEUU y el Reino Unido. De hecho, la contienda griega supuso el inicio que se conoció como «la doctrina Truman», que derivó en sucesivas intervenciones militares estadounidenses en diferentes rincones del mundo en el que se producían levantamientos por parte de grupos o militantes comunistas.

Dicha ayuda exterior inclinó la balanza, ya que la Unión Soviética apenas ofreció apoyo al KKE y el ELAS, algo que sí que hizo Yugoslavia. Una disparidad de criterios que provocó el primer gran desencuentro entre Tito y Stalin. Tras la contienda, los comunistas sufrieron una gran represión que terminó con 100.000 personas en las cárceles del Mar Egeo. Junto a ello, miles de griegos se vieron condenados a la pobreza y otros fueron perseguidos, lo que generó una gran migración hacia Australia, EEUU o Australia.

En 1948, en pleno conflicto, la directiva del Apoel Nicosia envío una carta al SEGAS –la Asociación Griega de Gimnasia y Deporte– con motivo de la celebración de la reunión anual del Panhelénico de atletismo en la que deseaba «el final del motín comunista», en clara referencia al conflicto bélico que se vivía en Grecia. El contenido de la misiva violaba los estatutos del club, que recogían que el mismo no podía inmiscuirse en cuestiones políticas. Pero, más allá del elemento estatutario, aquellas palabras soliviantaron a muchos jugadores y miembros del club que simpatizaban con los movimientos de izquierdas. Tanto, que el 4 de junio de 1948, convocados por el doctor Mattheos Papapetrou, numerosos futbolistas e integrantes del Apoel, se reunieron en Nicosia para crear la Asociación Deportiva Omonia. Un nombre que en griego significa «concordia».

Alineación habitual del Omonia Nicosia esta temporada

Un club polideportivo cuya historia está estrechamente vinculada a las fuerzas progresistas, tanto que, según un estudio realizado por la Universidad de la capital chipriota este mismo año, tres cuartos de los hinchas del Omonia son votantes del AKEL: Uno de los dos principales partidos de la República de Chipre, formación izquierdista que ostentó la responsabilidad de gobierno hasta 2013 y que defiende «una solución independiente, desmilitarizada, federal y no alineada» para la división que sufre la isla.

Durante los primeros años, el club, junto con otras entidades como el Alki Larnaca, el Nea Salamina de Famagusta o el Orfeas de Nicosia, todos ellos fundados en 1948 y vinculados a militantes de izquierdas, constituyeron la Asociación de Fútbol Aficionado de Chipre, dando paso a la creación de la liga cinco años después. En su primera campaña, el Omonia sufrió para mantenerse, pero logró salvar la categoría y, desde entonces, ha construido una leyenda que le ha convertido en el club más laureado de la isla. En total, el conjunto verde ha sumado 21 ligas, 15 copas y 17 supercopas, logrando cinco dobletes. Un dominio cimentado, fundamentalmente, durante las décadas de los setenta y ochenta.

Una de las piezas clave para afianzar dicha hegemonía fue Sotiris Kaiafas, ganador de la Bota de Oro que le acreditaba como máximo goleador europeo en 1976 y que disputó 388 encuentros con la elástica del «equipo del pueblo», en los que anotó 261 goles. Su hijo Kostas también es una leyenda del club, permaneciendo 18 años en la primera plantilla y siendo entrenador del equipo durante la temporada 2014-2015. El legado goleador de Kaiafas, en cambio, lo recogió el alemán nacionalizado chipriota Rainer Rauffmann en los noventa, ya que el antiguo jugador del Eintracht de Frankfurt anotó 192 tantos en los 153 partidos que disputó con la elástica del Omonia.

El impacto de «Gate 9» y la escisión de 2018

La creación, hace 30 años, del grupo de hinchas conocido como Gate 9 profundizó todavía más en la marcada posición ideológica del club. El fondo norte pasó a llenarse de símbolos antifascistas, imágenes del Che Guevara e incluso realizaron un mosaico gigante ante con la bandera roja con la hoz y el martillo antes de un derbi contra el Apoel. Sin embargo, con la llegada del nuevo siglo, los problemas se multiplicaron en un club que seguía levantando pasiones. En 2013, debido a los problemas financieros de la entidad, se organizaron cientos de actos por todo Chipre buscando fondos para el club. En apenas un mes, la campaña recaudó más de tres millones de euros, recibiendo también donaciones procedentes de Australia, Grecia o Reino Unido. El mensaje era muy claro: «Yo estoy con el Omonia, me declaro presente».

En 2018, no obstante, se produjo una importante fractura dentro de la entidad. La llegada de Stavros Papastavrou, un empresario de origen chipriota afincado en EEUU, al club, prometiendo una inversión inmediata de 5 millones de euros y otros 20 para la mejora de los campos de entrenamiento o la academia, provocó un cisma interno. Tras haber publicado diversos comunicados en contra de las intenciones del nuevo dueño, el 28 de mayo, la Gate 9 anunció que no apoyaría más al equipo con Papastavrou al mando. Pocas semanas después, el 23 de julio, anunciaron la creación del «equipo del pueblo», al que pasaban a llamar Athletic Club Omonia 29M. Así, tal y como señalan en su página de Facebook, comenzaron «una revolución contra el que mató, robó y vendió el cadáver de nuestra madre».

Gate9 creó un nuevo club tras la llegada del millonario Papastavrou.

El éxito deportivo y social del nuevo conjunto de la Gate 9 es evidente, ya que tras cuatro años de andadura, actualmente juega en la Segunda chipriota. Su lema es muy claro: «Otro fútbol para otro mundo». Acompañan al equipo en los entrenamientos y, obviamente, en los partidos que disputan tanto en su estadio como en los desplazamientos. Los jugadores les devuelven el apoyo saludando con el puño en alto a la conclusión de cada sesión o encuentro. Este mismo verano han organizado un festival con charlas y conciertos, utilizan de forma recurrente la pirotecnia, generan gran contenido audiovisual y están hermanados con los hinchas del Girondins, Hapoel de Tel Aviv o el Standard Lieja. En caso de lograr el ascenso a la máxima categoría, Nicosia tendría un derbi entre sus dos Omonias.

Neil Lennon, al mando de un equipo con experiencia

El irlandés, un mito del Celtic de Glasgow tanto en el campo como en el banquillo, llegó al conjunto chipriota el pasado mes de marzo y consiguió alzarse con el título de Copa. Lennon, distinguido por su compromiso político, vivió las consecuencias del sectarismo unionista en primera persona. En 2002, siendo jugador, tuvo que dejar la selección norirlandesa, de la que era capitán, tras recibir amenazas por declarar que soñaba con jugar en un combinado irlandés con jugadores de toda la isla. Posteriormente, en 2011, siendo entrenador del Celtic, la policía interceptó un paquete bomba enviado contra su persona y fue agredido por un seguidor del Hearts durante un encuentro. Anteriormente a Lennon, el meñakarra Miguel Ángel Lotina, el que fuera entrenador del Athletic Helmut Senekowitsch o el preparador alavesista Juan Carlos Oliva dirigieron al conjunto verde, que también ha tenido en su banquillo a leyendas como el neerlandés Haan o el polaco Smuda.

Neil Lennon, un mito del Celtic es el entrenador del Omonia Nicosia.

En lo que a la plantilla se refiere, cabe destacar a un viejo conocido de la afición osasunista como el iraní Karim Ansarifad. No es el único jugador con amplia experiencia internacional del equipo, ya que el técnico irlandés cuenta también con los brasileños Bruno y Fabiano –siendo meta del Oporto fue titular en Champions ante el Athletic en 2014–, el checo Lecjaks, el comorense Bachirou, el esloveno Matavz, el español Héctor Yuste, el estadounidense Max Diskreud, el galés Matthews, el guineano Cassamá, el griego Kitsos, el húngaro Lang, los ingleses Baker y Hooper, el nigeriano Uzoho, el serbio Miletic y el ucraniano Bezus. El brazalete de capitán, por su parte, es para Ioannis Kousoulos, mientras que el jugador más prometedor es el extremo Loizos Loizou, nacido en 2003 y que fue convocado por primera vez con la selección chipriota con apenas 17 años.