Quince minutos después de la hora en que estaba previsto que comenzara la sesión, más de una docena de parlamentarios no podían sentarse en sus escaños mojados, mientras los ujieres intentaban recoger el agua que caía del techo a borbotones con cubos y toallas.
«Esto no tenía que pasar y pasa», les ha dicho el presidente de la Cámara, Jesús Posada, a los diputados, a los que ha pedido «disculpas». Ya en los pasillos, Posada ha explicado que las obras que han tenido lugar en la cubierta del hemiciclo este verano «están acabándose, pero todavía no están terminadas» y que ha pedido a los técnicos que «revisen bien qué ha sucedido y qué podemos hacer para repararlo». Preguntado por un posible simbolismo con la situación política, Posada ha esquivado la comparación alegando que no le «gustan los simbolismos».
Las obras de reforma del Congreso se adjudicaron por unos 7 millones de euros a la empresa Dragados, una filial de ACS que dirige Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. «Se lo ha gastado en el fichaje de Bale», es uno de los incontables comentarios jocosos que se pueden leer en las redes sociales, donde muchos consideran que es una buena metáfora sobre la situación del Estado español, recuerdan a los personajes de tebeo Pepe Gotera y Otilio, y se preguntan si Ana Botella, la del «cup of café con leche», tenía pensado celebrar en la Cámara las pruebas olímpicas de natación.
La sesión se ha reanudado sobre las 11.00. El hemiciclo reabrió ayer sus puertas tras dar por finalizadas las obras de rehabilitación de su cubierta.