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DONOSTIA

Las potencialidades de la moneda local

La creciente desconfianza hacia las grandes monedas occidentales ha impulsado la creación de diferentes monedas locales en Europa, también en Euskal Herria, cuya incidencia en cuanto a emisión de crédito es limitada, aunque conviene no subestimar sus potencialidades.

Una persona paga con la moneda Eusko en Baiona. (Gaizka IROZ)
Una persona paga con la moneda Eusko en Baiona. (Gaizka IROZ)

Comencemos indicando que las monedas locales tienen características claramente diferenciadas entre unas y otras experiencias.

Las monedas locales y regionales son un fenómeno bien conocido en Europa, con numerosas experiencias en países centroeuropeos como Alemania, Austria o Suiza. Estas experiencias se desarrollaron fundamentalmente a raíz de la crisis de 1929 y algunas de las monedas locales entonces creadas han pervivido hasta la actualidad.

En nuestro caso, el Eusko, el Ogerleko, el EKHI o el Axtroki son monedas locales que están generando un interés y curiosidad significativos en medios de comunicación y en la sociedad en general.

En primer lugar, cabe preguntarse por la razón de que estas experiencias se estén multiplicando precisamente en este momento, no solo en Euskal Herria sino también en otros territorios de distintos países. La razón es probablemente la misma que la del surgimiento de otro tipo de monedas alternativas, como el bitcoin. Se trata de la creciente desconfianza frente a las grandes monedas occidentales, como el dólar, el euro, la libra o el yen, como consecuencia de las políticas radicalmente expansivas de los últimos años. A causa de esta desconfianza, de forma racional o intuitiva, se ha generado en nuestros países un entorno crecientemente favorable a la aceptación de proyectos monetarios alternativos.

Los efectos económicos de las monedas locales han sido repetidamente estudiados y dependen de la propia configuración de estas monedas y, por supuesto, de la mayor o menor utilización de las mismas. Recordemos que, a efectos de este documento, nos interesan fundamentalmente sus efectos sobre la creación o gestión de los recursos del territorio en relación con la creación de crédito.

A pesar de la trascendencia del sistema monetario a efectos de la creación de crédito, la incidencia de las monedas locales desde esta perspectiva es habitualmente limitada.

Las razones son, por un lado, el limitado impacto que estas monedas locales han llegado a alcanzar hasta ahora y, por otro lado, el hecho de que casi todas estas monedas renuncian a la creación de dinero al soportar su utilización en la disposición de una cantidad equivalente de moneda oficial (en nuestro caso, euros).

Una excepción significativa es la experiencia de moneda emitida en Suiza con la denominación WIR, proyecto impulsado por pequeñas y medianas empresas -cuenta con cerca de 80.000 empresas asociadas- que dispone de un banco propio -cooperativa de crédito- y que, a través de dicho banco, consigue incidir directamente en la emisión de crédito.

Desde la perspectiva de la limitación del impacto, es necesario ser prudentes en las expectativas generadas por este tipo de proyectos de iniciativa social. Sin embargo, es importante tener en cuenta que Euskal Herria tiene una potente sociedad civil que ha sido capaz de desarrollar proyectos de iniciativa social, como las cooperativas de trabajo o las ikastolas, con una dimensión desconocida en otros entornos. Por lo tanto, es conveniente también ser prudentes a la hora de subestimar el impacto potencial de estas experiencias.

Por otro lado, aunque a corto plazo estas monedas locales no incrementen la capacidad de crédito de la economía, no es descartable que su propio desarrollo permita en un futuro, a medio o largo plazo, otro tipo de escenarios. Uno de ellos puede ser el de llegar a determinados acuerdos con entidades financieras que, a través del depósito de estas monedas locales, permitan incidir directamente en la creación de crédito.

El siguiente escenario sería el de que, en función de la evolución del contexto monetario en el entorno, este tipo de monedas locales pudieran adoptar decisiones de superación de su actual carácter de moneda referenciada y soportada por el euro, y comenzara a utilizar otros soportes de referencia, monedas de otros países o incluso el oro o la plata. Ninguno de los actuales proyectos de nuestro entorno se ha planteado algo semejante, pero ello no sería descartable en un entorno de inestabilidad monetaria creciente.

De esta forma, las posibilidades de que las monedas locales incidan en la creación de crédito son, en este momento, ciertamente limitadas. Nuevas expectativas se abrirían al respecto en el momento en que se replanteara -de forma total o parcial- el soporte íntegro de estas monedas en el euro o en el caso de que fuesen admitidas a efectos de depósitos bancarios.