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Barcelona

El PP desembarca en Catalunya con el discurso del miedo

Buena parte del Gobierno y del PP español se ha trasladado hoy a Barcelona para participar en la convención del PP catalán, con el objetivo de «convencer a los catalanes de que es mejor seguir unidos». Sin embargo, los argumentos de los ministros Montoro y Fernández Díaz, así como los de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, se han limitado a señalar los supuestos peligros de la independencia.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, junto a dirigentes del partido en Catalunya. (@PPCatalunya)
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, junto a dirigentes del partido en Catalunya. (@PPCatalunya)

El PP catalán ha iniciado hoy una convención política con el objetivo de contrarrestar el proceso independentista catalán, para lo que ha hecho desembarcar en Barcelona a toda la plana mayor del Gobierno, con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Interior, Jorge Fernández Díaz, como platos fuertes del día. Mañana será el turno del presidente, Mariano Rajoy.

En su intervención vespertina, Montoro ha intentado contrarrestar los argumentos del expolio fiscal, ya que según la Generalitat, los catalanes entregan al Estado 16.000 millones de euros al año que no vuelven a Catalunya. Sin ofrecer cifras, sin embargo, Montoro se ha limitado a señalar que las balanzas fiscales son solo «una forma de medir flujos entre territorios» y que no pueden ser «motivo de divorcio económico ni político». Pero por si acaso, ha explicado que a partir de ahora sustituirán las balanzas fiscales por un «balance de cuentas públicas regionalizadas», en el que no se compararán territorios sino individuos.

En cualquier caso, los argumentos de Montoro se han centrado en las virtudes del Fondo de Liquidez Autonómico con el que el Estado ha permitido a la Generalitat hacer frente a sus pagos -Catalunya no tiene acceso a ninguna otra fuente de financiación- y, sobre todo, en el discurso del miedo, asegurando que Catalunya quedaría fuera de Europa en caso de independencia y que fuera del euro no hay futuro. «¿Alguien piensa en serio que un país de 7 millones de habitantes pesa lo mismo que uno de 47 millones? Eso es no vivir en este mundo», ha añadido Montoro, que ha calificado la independencia de «divorcio económicamente imposible».

Por su parte, Fernández Díaz ha preferido echar mano de los sentimientos, asegurando que Catalunya y España están «tan indisolublemente unidos que o nos va bien a todos o nos va mal a todos». Eso sí, como ministro de Interior, también ha echado mano de la ley, al señalar que «la Constitución y las leyes se van a cumplir, por respeto a nosotros mismos». Fernández Díaz, que ha calificado Catalunya como «parte indisoluble y entrañable de España», tampoco ha tenido reparos a la hora de asegurar que ninguno de los partidos que acordaron la fecha y la pregunta de la consulta llevaba en su programa electoral la convocatoria de dicha consulta.

Por la mañana, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha sido la encargada de dar el pistoletazo de salida a la convención, con un discurso que difícilmente puede servir para seducir a los catalanes, que es el supuesto objetivo del encuentro, según el PP. Cospedal ha vuelto a utilizar el argumento de que «España es la nación con más historia de toda Europa» y sobre todo, ha sacado a relucir también el discurso del miedo, al señalar que «los jubilados no tendrían garantizadas sus pensiones», «dejaría de tener valor el euro» y «los ciudadanos perderían su condición de europeos».

El mayor síntoma, quizá, de que nada ha cambiado en el discurso de los populares han sido las constantes referencia al president, Artur Mas, como principal responsable del proceso independentista: «No se le puede dar un mordisco a un país porque le interesa a un partido político que no sabe qué hacer con el desastre de gestión que tiene ante si». «Vamos a seguir siendo españoles, sin que nos roben una parte que es Catalunya», ha concluido.