Ramón SOLA

Pons (PP) y Meyer (IU) desembarcan a la vez que Cantó y el juez Silva

PP y PSOE no tienen a Euskal Herria en sus caladeros de voto y lo denota su escaso despliegue. Sin embargo, el parón de Arias Cañete hizo que el paso del número dos, González Pons, por Iruñea tuviera ayer cierto eco. Allí coincidió con Cayo Lara y Meyer, de IU. Mientras, Cantó zurraba a Bildu en Donostia y llegaba el juez Silva

Mariano Rajoy no piensa pisar suelo vasco en campaña. Alfredo Pérez Rubalcaba vino el domingo, pero sin la cabeza de cartel, Elena Valenciano. Los líderes vascos de PP y PSOE, Arantza Quiroga y Patxi López, tienen más tirón fuera que en casa a tenor de sus agendas de campaña. La explicación más razonable a todo ello es que simplemente los cuatro territorios vascos pesan poco en la bolsa de voto de los dos grandes partidos estatales, y por eso renuncian a sembrar donde creen que tendrán poca cosecha el 25-M.

Además, la propia mecánica de campaña, en la que los mensajes no se dirigen a la ciudadanía local sino a la televisión estatal, hace que cuando vienen tengan muy poco que decir a los vascos. Fue el caso ayer de Esteban González Pons, número dos de la lista del PP, en Iruñea. El parón hecho ayer por el number one, Miguel Arias Cañete, debido al debate nocturno con Valenciano en la tele daba más relieve a su comparecencia. Pero Pons pasó como un auténtico extraterrestre: el acto se inició con un minuto de silencio por la presidenta de la Diputación de León, siguió denunciando «el boicot» la víspera a un mitin del PP en Torrelavega y continuó aludiendo al proceso catalán.

Todo ello no debió oírlo Enrique Martín, presidente del PP en Nafarroa, que acusó al PSOE de estar ausente del herrialde contrariamente a su partido, que según él está demostrando que «sí le importa Navarra». González Pons se acordó al menos de pedir el voto a los militantes de UPN. Poco más.

Más empatía puso Cayo Lara, coordinador general de IU, que compareció a la misma hora en Iruñea junto al principal candidato europeo, Willy Meyer. Lara lamentó que no hubiera sido posible echar a Yolanda Barcina y recordó que «lo vetó directamente el señor Rubalcaba». Pero la cuestión se enredó enseguida con lo ocurrido en Extremadura, donde ha sido el PSOE el que ha intentado expulsar al PP sin lograrlo e IU se ha abstenido: «No tenía nada que ver -explicó Lara-. La de Navarra era una moción que tenía solidez, que tenía propuestas, debate, y que después ha sido vetada por un órgano externo a Navarra».

Estrambótico fue el aterrizaje en Donostia de Toni Cantó, diputado de UPyD. Un día después de que su partido forzara la marginación en los espacios electorales de EH Bildu, que en Euskal Herria tiene un apoyo social enormemente superior al suyo, Cantó acusó a la coalición de «no tener ni idea de los contenidos de la tradición europea. Mi partido se brinda a ofrecérselos». Luego se disfrazó de actor para exigir cómo debe caracterizarse el proyecto de Donostia 2016: «No veo reflejado que estamos en uno de los lugares donde se han cometido las mayores barbaries de la UE».

Y otra peculiar visita para concluir el día. El juez Elpidio Silva se presenta por el Movimiento Red y con mensajes anti-corrupción. Ezker Batua-Berdeak le abrió su sede de Bilbo como aportación «al debate y conocimiento de las opciones de izquierda». EB no concurre y da libertad de voto. Silva seguirá su gira hoy en Donostia.