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DONOSTIA

Reabierto el Paseo Nuevo de Donostia tras las obras de estabilización de laderas de Urgull

El alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, ha acudido a la apertura total del Paseo Nuevo de la ciudad una vez finalizadas las obras de estabilización de las laderas de Urgull, una actuación que ha supuesto una inversión de 1,6 millones de euros.

El Paseo Nuevo donostiarra, reabierto. (Andoni CANELLADA/ARGAZKI PRESS)
El Paseo Nuevo donostiarra, reabierto. (Andoni CANELLADA/ARGAZKI PRESS)

Izagirre ha explicado que estos trabajos, que se han finalizado un mes antes de lo previsto, se han realizado a través de dos intervenciones diferentes, la que comprende la zona entre el Aquarium y la estatua de Oteiza (abierta el pasado 23 de mayo) con 165 metros de obra a 45 metros de altura; y la otra, desde la rotonda de la Fotográfica, hasta 100 metros antes de llegar a la sede de la Sociedad.

Este área, abierta a partir de este sábado, comprende una longitud de 250 metros y una altura máxima de 55 metros, desde la cota del Paseo. Además, el Ayuntamiento ejecutó en agosto del año pasado los trabajos de estabilización de la ladera en la zona de la Sociedad Fotográfica, en una longitud de 100 metros y una altura máxima de 55, desde la cota del paseo.

El alcalde, acompañado de la edil donostiarra de Infraestructuras y Servicios, Nora Galparsoro, ha destacado «la buena gestión en la obra» y se ha felicitado por la apertura de un paseo «importante para la ciudadanía donostiarra y un icono turístico para quienes nos visitan».

Galparsoro ha indicado que se han sujetado los bloques inestables en el propio talud, evitando su desprendimiento con membranas a base de mallas metálicas y cables de reparto con anclajes de barra activos o pasivos, que se colocan en toda la superficie de los frentes rocosos, así como con recalces a base de hormigón bajo los voladizos de roca y los bulones aislados.

Asimismo, se han colocado mallas metálicas que orientan los posibles desprendimientos al pie del talud, y barreras, tanto dinámicas como estáticas consistentes en redes metálicas, colocadas en la parte superior de los frentes rocosos, que interceptan los posibles desprendimientos de bolos u otros materiales sueltos.