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Líderes de América Latina unen sus voces para exigir la reforma de Naciones Unidas

Los líderes de América Latina reclamaron una reforma de lo que consideraron un obsoleto Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para asumir un mayor liderazgo internacional frente a los numerosos conflictos, una preocupación generalizada.

Los líderes latinoamericanos coincidieron en sus discursos ante la Asamblea General de la ONU en reclamar una reorganización de este organismo supraestatal, y sobre todo de su obsoleto Consejo de Seguridad, cuya ampliación pidieron, para dar más voz a los países emergentes y para que asuma un mayor liderazgo internacional frente a los numerosos conflictos, no solo armados, que aquejan al planeta.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, abrió el jueves los debates de la Asamblea General exhortando a un relanzamiento de la economía mundial y la reforma del Consejo de Seguridad y otras instituciones mundiales, cuyo reparto de poder actual calificó de «inaceptable». «Es necesaria una verdadera reforma del Consejo de Seguridad para darle eficacia», afirmó Rousseff, cuyo país reclama desde hace años formar parte de este órgano decisorio de la ONU como miembro permanente.

Pero el más contundente fue el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que reclamó «que no quede en el aire el clamor de una reorganización de la ONU». «El protagonismo de las regiones es muy distinto al que existía en 1945. Es otro mundo y (la ONU) debe adaptarse a un mundo multipolar con nuevos actores que tienen voz propia», dijo Maduro en su primera intervención ante la Asamblea General.

Maduro insistió en que «se necesita un sistema de reorientación y reajuste» del sistema de Naciones Unidas que fue fundado al final de la II Guerra Mundial y ya cumple 70 años, y denunció que la Carta de Naciones Unidas «se ha convertido en un instrumento violado de forma permanente» en sus objetivos fundamentales.

Reiteró que «reivindicamos» la ONU, pero «insistimos en la necesidad de una transformación profunda como dijera el comandante (Hugo) Chávez aquí mismo en sus célebres discursos». «Tenemos ya otro mundo donde todos queremos poder pensar y decidir nuestros destinos».

Multilateralismo efectivo

Antes que él, la presidenta argentina, Cristina Fernández, pidió que la Asamblea apruebe con celeridad un nuevo convenio multilateral que regule las reestructuraciones de deuda soberana, y señaló que «gran parte de los problemas que tiene el planeta, en lo económico y financiero, en materia de terrorismo y seguridad y de fuerza e integridad territorial es por la ausencia de un multilateralismo efectivo, concreto y democrático».

Su homólogo de Bolivia, Evo Morales, llamó a transformar las «estructuras excluyentes» de organismos como el FMI «que no pueden estar gobernados solo por países desarrollados que oprimen a los países en desarrollo», y fustigó en su intervención a EEUU, al que culpó de haber creado la inestabilidad en la región a raíz de la guerra contra Irak en 2003.

La chilena Michelle Bachelet consideró que «la ONU sigue siendo el foro insustituible para abordar los desafíos globales» aunque lamentó que «el Consejo (de Seguridad) no ha sido capaz de actuar con la unidad de sus miembros» y que la reforma de este órgano «es una tarea pendiente que exige decisión política y acción».

En similares términos se expresó el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, quien afirmó que el Consejo de Seguridad de la ONU «debe pasar de una mentalidad de reacción a una de acción» y se mostró en contra del uso del veto en determinadas circunstancias. Su homólogo hondureño, Juan Orlando Hernández Alvarado, pidió la creación de una «fuerza multinacional» para luchar contra el tráfico de drogas, una lacra que equiparó al radicalismo islámico.

El mexicano Enrique Peña Nieto pidió también cambios en las Naciones Unidas y «una representación geográfica más equitativa» en el Consejo de Seguridad ampliando el número de miembros, así como que se limite el derecho a veto «en caso de violaciones graves del derecho internacional humanitario».