@gara_iiriondo
GASTEIZ

Gestores de confianzas

Iñaki Iriondo.
Iñaki Iriondo.

En la primera manifestación convocada por Lokarri a los pocos días de su nacimiento, había casi más VIPs que manifestantes. Si se echa un vistazo a las primeras filas que siguen a la pancarta con el lema de ‘Guztion artean, paz, acuerdo, consulta’, puede encontrarse a los rostros más visibles de Elkarri –como Jonan Fernández–; a Idoia Zenarrutzabeitia, entonces vicelehendakari del Ejecutivo de Ibarretxe, y al consejero de Justicia, Joseba Azkarraga; a Iñigo Urkullu, presidente del BBB, acompañado de Josune Ariztondo, secretaria del EBB; a los principales dirigentes de EA y Aralar; y a Javier Madrazo, de IU, que se hizo acompañar de Gaspar Llamazares. Detrás, unos pocos cientos de personas. Menos de mil en todo caso.

Aquella primera convocatoria realizada por Lokarri mostraba dos cosas: una primera, que no contaba con la complicidad de la izquierda abertzale, entonces ilegalizada aunque en plena actividad, ni con la simpatía expresa del PSE-PSOE, que en esas fechas gobernaba el Estado español. La segunda evidencia es que Lokarri no había nacido para ser una organización que movilizara a las masas, sino para otro tipo de trabajos teóricos y, luego se fue viendo, sobre todo de intendencia.

Lokarri aparecía en marzo de 2006 como la metamorfosis de Elkarri. Incluso el nombre era un hilo conductor. Las argumentaciones teóricas para el cambio son también mucho más propias de un organismo de cuadros que de una organización de masas. Ellos lo resumen en que Elkarri fue un movimiento social que contribuyó a preparar el proceso de paz, y Lokarri pretendía contribuir a desarrollarlo.

Lokarri heredó de Elkarri la desconfianza de la izquierda abertzale a su actividad. La organización que había liderado Jonan Fernández había pasado de ser vista inicialmente como un contrapeso «proetarra» a Gesto por la Paz a ser entendida como una quinta columna por el propio independentismo ilegalizado.

Pero como su nombre indica, Lokarri consiguió ir atando voluntades de distintos sectores. Trabajó de forma discreta en el interior y también en el ámbito internacional y encontró los enlaces adecuados para ir convergiendo en intereses con una izquierda abertzale que, por su parte, estaba trabajando en un importante cambio estratégico. Mientras el Estado español golpeaba al independentismo, se estrechaban lazos para buscar soluciones al conflicto.

Lokarri supo ser un gestor de confianzas. El 7 de febrero de 2011 organizaba la presentación de los estatutos de Sortu, en la misma sala del Euskalduna donde había nacido cinco años antes sin ninguna representación de la izquierda abertzale. Ocho meses después participaba en la organización de la Conferencia Internacional de Aiete, con la presencia de Kofi Annan y varias personalidades internacionales. Mullidor de las intervenciones del Grupo Internacional de Contacto y de la Comisión Internacional de Verificación, consiguió también que el PSE asumiera con normalidad estas reuniones.

Dejando el Foro Social en marcha, Lokarri desaparece sin haber conseguido una gran presencia en la calle, pero habiendo mostrado capacidad para reunir un espacio plural en sus actividades de reflexión y análisis, y con la imagen de haber estado en la sala de máquinas de pasos históricos.