NAIZ
CIUDAD DE MÉXICO

Hallan una nueva fosa en la localidad mexicana de Cocula

La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía general) ha hallado una nueva fosa común en la localidad mexicana de Cocula, cerca de Iguala, en el estado de Guerrero, donde el pasado 26 de setiembre desaparecieron 43 estudiantes.

Investigadores mexicanos, en el lugar donde se ha hallado la nueva fosa. (Jesús GUERRERO/AFP PHOTO)
Investigadores mexicanos, en el lugar donde se ha hallado la nueva fosa. (Jesús GUERRERO/AFP PHOTO)

Según recoge el diario mexicano ‘Milenio’ y ha confirmado un agente ministerial, agentes federales han sido guiados a la fosa, ubicada en el basurero municipal, donde han encontrado huesos.

Los últimos detenidos, presuntos miembros del grupo delictivo ‘Guerreros Unidos’, habrían sido quienes informaron del emplazamiento de la fosa en sus confesiones a las autoridades locales. Dos de ellos habrían participado directamente en la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.

Hasta el lugar señalado, que se encuentra controlado por camionetas y helicópteros del Ejército mexicano, ha acudido el director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomas Zerón de Lucio.

Además, se ha conocido que un grupo de miembros de la Policía Federal mexicana amenazó con sus armas a varios periodistas que viajaban en un vehículo hacia la zona donde se había localizado la nueva fosas.

Un vídeo grabado por uno de los periodistas muestra a cuatro personas sin uniforme descendiendo de otro vehículo mientras sostienen armas largas. Estos individuos llegan a golpear la camioneta en la que viajaban los reporteros.

La Secretaría de Gobernación ha explicado en un comunicado que se trata de miembros e las divisiones de Inteligencia e Investigación de la Policía Federal. No llevaban uniforme y viajaban en vehículos sin matriculas porque participaban en un operativo relacionado con la desaparición de 43 estudiantes ‘normalistas’ en Iguala y «realizaban sus tareas de mantera encubierta».

Durante este operativo, llegaron a detener a un hombre por su supuesta responsabilidad en la desaparición de los jóvenes. Tras percatarse de que un vehículo civil les seguía, y «para asegurar la integridad de los elementos y del propio detenido», los pasajeros del último coche del convoy descendieron y amenazaron a los periodistas.