Cuando hace exactamente una semana el president, Artur Mas, presentó su propuesta de hoja de ruta, la idea de construir una candidatura mixta entre partidos políticos y entidades soberanistas interpeló sobre todo a dos actores: la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que el sábado pasado se sumó a la propuesta del president, y ERC, cuyo presidente, Oriol Junqueras, presentará esta tarde su contrapropuesta en el Palau de Congressos de Barcelona.

Lo hará ante unas 2.000 personas -entre ellas el propio Mas-, con una conferencia titulada «Llamamiento a un nuevo país: La República Catalana», en la que se espera una intervención con marcado acento social y contra la corrupción, líneas discursivas con las que podría tratar de argumentar sus reticencias ante la lista única propuesta por Mas. Y es que los republicanos consideran que el soberanismo es demasiado plural para limitarlo a una sola candidatura.

En el debate sobre la lista o las listas también juega un papel fundamental la aritmética, ya que mientras los afines a Convergència defienden que una lista única no solo sumaría los votos de los partidos sino que tendría un efecto multiplicador, los habitualmente cercanos a Esquerra aseguran que el independentismo lograría más votos con múltiples listas capaces de reflejar la variedad de opciones ideológicas.

Aunque quede en un segundo plano, tampoco hay que descartar nunca de la ecuación los cálculos partidistas de unos y otros: una ERC que ahora mismo se siente fuerte, puede ganar las elecciones y quiere confirmarse sobre todo como fuerza hegemónica del centro izquierda catalán –atrayendo a los socialistas críticos– y una CDC cuya única opción por sobrevivir ahora mismo pasa por esconder unas siglas francamente desgastadas por los casos de corrupción.

Hace una semana, Mas no fijó directamente la lista unitaria como condición indispensable para avanzar las elecciones, pero sí que fijó como imprescindible para seguir adelante con el proceso que una sola lista independentista sea capaz, por ella misma, de obtener la mayoría absoluta, algo que solo se podría conseguir si ERC y CDC sumasen esfuerzos –la CUP rechazó la lista desde el primer día–.

Es una idea que los republicanos no comparten. De hecho, Junqueras ya ha hablado en alguna ocasión de un paraguas común para todas las candidaturas independentistas, de manera que el resultado de las elecciones sea fácilmente descodificado en el extranjero. En este sentido, a la espera de escuchar la propuesta de la tarde, en los últimos días se ha especulado con que Junqueras podría proponer tres candidaturas independentistas con un denominador común, en las que los partidos diesen un paso atrás -irían sin siglas-, pero que corresponderían a los espacios ideológicos ocupados por CDC, ERC y CUP.

En cualquier caso, la valoración que en términos generales hacen los republicanos de la propuesta de Mas es positiva, ya que toma muchas de las propuestas lanzadas en los últimos meses por Esquerra y calendariza con más detalle del esperado la hoja de ruta hacia la independencia. Por ello, esta tarde se espera de Junqueras un tono conciliador con el que presente su propuesta no como una posición maximalista sino como el punto de partida para una negociación política que por fuerza tendrá que empezar en los próximos días.