Ludovic EHRET (AFP)
SHANGHAI

Por primera vez, las bolsas chinas cierran prematuramente

Las bolsas de Shanghai y Shenzhen debieron cerrar ayer de forma anticipada por primera vez desde que se pusieron en funcionamiento. En virtud de un nuevo mecanismo antivolatilidad, echaron la persiana cuando se registraba una espectacular caída del 7%.

Los parqués mundiales contaban con sufrir las repercusiones de la tensión entre Irán y Arabia Saudí, pero el colapso chino se produjo, principalmente, a raíz de la publicación de indicadores que muestran una nueva contracción de la actividad manufacturera en el gigante asiático y en vísperas del levantamiento de restricciones sobre la venta de acciones.

La caída del índice CSI300, que recoge a las 300 principales empresas que cotizan en las dos plazas bursátiles chinas, provocó el cierre anticipado de las operaciones tras una primera suspensión de 15 minutos que no fue suficiente para frenar el batacazo. El índice de Shanghai había cedido un 6,86% y el de la Bolsa de Shenzhen, un 8,22%.

El mecanismo de suspensión de intercambios, que entraba en vigor ayer –primer día de cotización del año en China–, tiene por objetivo controlar la volatilidad y evitar que se repita la espectacular debacle del pasado verano. Ahora, si el CSI300, donde cotizan los gigantes petroleros y financieros estatales, pierde o gana un 7%, las operaciones quedan suspendidas para lo que resta de sesión con el objetivo de evitar «riesgos sistémicos», es decir, un efecto de pánico.

Este sistema no es específico de China. La Bolsa de Nueva York puso en marcha un mecanismo similar a finales de los años 80 –se activa en caso de fluctuación superior al 20%– que fue utilizado por primera vez en 1997 y en contadas ocasiones desde entonces.

Pero algunos analistas opinan que este sistema podría ser contraproducente, agravando la volatilidad en lugar de reducirla. «El mecanismo es solo un instrumento y no ayudará al mercado a encontrar su verdadero valor», declaró a AFP Shen Zhengyang, de Northeast Securities. «Lo que me inquieta más es que la aplicación del sistema también va a dañar a la liquidez del mercado –añadió–. Los inversores que quieren vender no pueden hacerlo y los que quieren comprar, tampoco. Los intercambios se agotarán si [estas suspensiones anticipadas] se activan muy a menudo».

Zhang Gang, de Central China Securities, indicó que, además, «el mercado está preocupado» ante el próximo levantamiento de una regla que impide a aquellos accionistas que posean más de un 5% de una empresa la venta de sus títulos, una medida que fue decretada en julio pasado por el Gobierno. La inactividad consiguiente había permitido frenar la hemorragia y la Bolsa de Shanghai cerró el año al alza (+9,4%), mientras que la plaza de Shenzhen registraba una neta progresión (+63%).

PMI y yuan, también a la baja

Los índices de gestores de compra PMI publicados estos días, por separado, por la oficina estatal BNS y por el grupo privado Caixin, también han mostrado un repliegue de la actividad manufacturera en diciembre en la segunda economía mundial, lo que ha preocupado al mercado.

Además, China redujo el lunes el valor del renminbi frente al billete verde, por lo que la moneda china pasó por debajo de la barrera de 6,5 yuans por un dólar. «Un PMI más flojo y un yuan más débil son los probables desencadenantes» de la caída bursátil de ayer, asumió Michael Every, de Rabobank.