Goia se ha referido así, a preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno Local, a las críticas de los espectadores y la controversia suscitada por el acto diseñado por Hansel Cereza en el puente de María Cristina.

Tras remitirse al balance que hizo el pasado domingo –cuando admitió que el espectáculo, que ha costado unos 660.000 euros, no había «cubierto las expectativas»–, ha querido zanjar la polémica subrayando que «el público donostiarra es maduro», «sabe valorar lo que ve y lo que le gusta y lo que no», y «ha dado su opinión con libertad».

El diseñador del acto, Hansel Cereza, se declaró ayer «cabreado» por el «desprecio» con el que se está criticando su espectáculo inaugural.

El primer edil donostiarra se ha negado a hablar más al respecto porque su «obsesión y empeño», y «el de todo el gobierno municipal», es en sacar adelante este «reto». Goia ha abogado por «dejarse la piel» para que «sea un año de éxito para la ciudad», y ha considerado necesario «mirar adelante y en positivo».