Isidro ESNAOLA
DONOSTIA

La desigualdad y el riesgo de pobreza dibujan una Europa cuarteada

El Parlamento Europeo ha dado a conocer el mapa de la pobreza en Europa. Los datos del año 2014 muestran una importante brecha entre los estados del centro y la periferia. El gasto destinado a hacer frente a la exclusión social también varía de un país a otro, aunque un mayor gasto no siempre da mejor resultado.

La Unión Europea mide el riesgo de pobreza en relación con el ingreso medio de un país. Si los ingresos de una persona no llegan al 60% de esa cantidad, las estadísticas europeas consideran que esa persona se encuentra en riesgo de pobreza. De esta forma, la línea de la pobreza en cada territorio de la Unión depende de su riqueza.

Según estos parámetros, Europa se halla dividida en tres zonas. Los países con menos población en riesgo de pobreza se sitúan en el centro, de norte a sur y se extienden hacia el este (Finlandia, Suecia, Dinamarca, Luxemburgo, Estado francés, Austria, República Checa y Eslovaquia). Son, además, los estados con un menor porcentaje de menores de 18 años en situación de riesgo de pobreza.

Una segunda línea transcurre por los Balcanes, dejando al este otro grupo de países que son los que registran los mayores índices de riesgo de pobreza de Europa: Rumania, Bulgaria y Grecia. En estos países la población menor de 18 años en situación de pobreza alcanza cuotas realmente alarmantes, que van del 45% en Bulgaria al 51% en Rumania.

Grecia con el 37% está más cerca de otros países –como el Estado español (36%) y Letonia (35%)– que, aunque se encuentran en otro grupo por riesgo de pobreza de la población en general, tienen un elevado número de personas menores de 18 años en situación de pobreza.

Entre estos dos grupos se distribuye el resto de países de la Unión Europea. Las diferencias en cuanto a ingresos en este grupo intermedio son bastante elevadas, sin embargo, todos ofrecen índices de riesgo de pobreza similares.

Gasto en ayudas sociales

El mapa recoge asimismo los datos de gasto en ayudas sociales en 2013. Comprende tanto ayudas monetarias como de otro tipo, como por ejemplo, gasto en asistencia sanitaria. Considerando el gasto, los tres grupos de países se mantienen en líneas generales, aunque se observan ciertas diferencias. Así por ejemplo, Bélgica y Gran Bretaña gastan cantidades equivalentes a los países con menores índices de pobreza, sin embargo, sus resultados son peores.

En el caso de Austria, República Checa y Eslovaquia, la situación es la contraria: con un gasto menor al grupo de cabeza, obtienen mejores resultados.

Es significativo también el ejemplo de Grecia, que a pesar de tener un gasto en ayudas sociales superior a sus vecinos, sus datos de pobreza son muy similares a los de Bulgaria y Rumania. Las ayudas sociales permiten paliar en cierta medida las situaciones de necesidad, pero todo indica que no resultan suficientes. Para terminar con la desigualdad y la pobreza hay que dirigir los esfuerzos hacia el origen de las desigualdades.

El mapa de hogares

Las tasas de hogares en riesgo de pobreza ofrecen un panorama similar al indicador de ingresos. No obstante, también se observan algunas diferencias significativas.

Los países con menor proporción de hogares en riesgo de pobreza son la República Checa (10%), Eslovaquia y Hungría (12%). En el caso de este último país, este dato contrasta con el elevado número de personas menores de 18 años en riesgo de pobreza (41%), similar al de los países con mayores ratios de riesgo de pobreza.

En la parte alta del ranking se encuentran los tres países del Báltico: Estonia (28%), Letonia y Lituania (25%). A continuación se sitúan los países del Este de Europa con mayores índices de pobreza, seguidos de Alemania, Grecia y el Estado español, con un 21% de hogares en situación de riesgo de pobreza.

Evolución del índice Gini

El coeficiente Gini es la medida de la desigualdad más utilizada. Varía desde el valor cero –todas las personas de un país reciben el mismo ingreso–, hasta el valor cien –una sola persona recibe todo el ingreso–.

La evolución de este indicador en Europa desde 2007 hasta 2014 muestra un aumento general de la desigualdad en la mayoría de los países. El incremento ha sido significativo –más de dos puntos– en el caso del Estado español, Dinamarca, el Estado francés y Hungría.

En unos pocos países este coeficiente ha disminuido. El caso más significativo es el de Islandia, donde ha caído casi cinco puntos.

La crisis y la pérdida de riqueza puede provocar descensos en el índice Gini y, por lo tanto, en la desigualdad, que puede ser consecuencia de un empobrecimiento general de la población de un territorio.