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CARACAS

Un conciliador apoyo de la OEA al diálogo da un respiro a Caracas

En medio de la presión por la convocatoria del referendo revocatorio, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una conciliadora declaración en apoyo a un diálogo entre el Gobierno y la oposición, que impulsa una comisión de expresidentes a instancias de Unasur, para hallar una salida a la crisis venezolana. Sin embargo, en el actual clima de polarización extrema mantener conversaciones parece difícil.

La suave declaración aprobada ayer sobre Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA), con el visto bueno de Caracas, abre dudas sobre el futuro de otra iniciativa, mucho menos conciliadora, para aplicarle la Carta Democrática, un instrumento muy sensible que podría llevar a su expulsión del ente.

Argentina, junto a varios estados, encabezó en la OEA la promoción de una vía conciliadora alternativa al proceso de aplicación de la Carta Democrática activada por el secretario general del organismo, Luis Almagro, que había sido solicitado por la Asamblea Nacional venezolana, controlada por la oposición, apoyando el diálogo promovido por la Unasur antes de debatir si dar el paso de iniciar otras gestiones diplomáticas. Solo Paraguay, que no respaldó el texto consensuado aunque no impidió el consenso, ha dicho abiertamente que apoyará la iniciativa de Almagro.

Además del diálogo, se acordó apoyar «los procedimientos constitucionales» que busca activar la oposición contra el presidente, Nicolás Maduro, sin precisar si se referían al referéndum revocatorio.

Almagro activó la Carta Democrática para «atender a la alteración del orden constitucional y cómo la misma afecta gra- vemente el orden democrático», al estimar que el Ejecutivo incumple el equilibrio de poderes del Estado al ejercer un férreo control sobre el poder judicial para arrebatar a la Asamblea Nacional sus atribuciones constitucionales e impedir el referendo revocatorio.

El Gobierno venezolano recibió como una «victoria» la declaración, en la que logró incluir una mención para que las iniciativas de mediación sean en «pleno respeto a la soberanía» del país. El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, por su parte lamentó la posición de Argentina al escribir en Twitter: «Qué pena la posición Argentina en la sesión de la OEA. Creíamos otra cosa después de las declaraciones de Macri recién electo. Cristina al menos no era hipócrita».

La reunión de mediados de junio propuesta por Almagro solo podrá evitarse si este retira su petición.

 

Mensajes alarmistas a la espera de la decisión de la CNE, que suspende una crucial reunión

La oposición en Venezuela esperaba ayer el aval de las autoridades electorales para avanzar en el engorroso y largo camino hacia un referendo revocatorio contra el mandato del presidente, Nicolás Maduro, a quien responsabilizan de la crisis en el país. Pero el Consejo Nacional Electoral (CNE), que iba a entregar a la opositora MUD el informe de la revisión de 1,8 millones de firmas entregadas hace un mes para poner en marcha el proceso, suspendió la reunión.

El vicepresidente de la Asamblea Nacional de mayoría opositora, Enrique Márquez, advirtió de que si el referendo no se hace este año «se elevará la presión social a límites insospechados». Tras conocer la decisión «inesperada» de la CNE, la MUD llamó a la calma y se reunió de emergencia.

Golpeada por el desplome de los precios del crudo, Venezuela padece una profunda crisis política, económica, institucional y social, con grave escasez de alimentos y medicinas, y una altísima inflación más alta del mundo. «Esto es duro, estamos sobreviviendo. Yo no firmé por el referendo, pero a la hora de votar, decidiré», señaló a AFP Virginia Lobos, administradora de 65 años, en una cola para comprar alimentos subsidiado.

La MUD acusa al CNE de hacer todo para evitar que el referendo sea este año, mientras el Gobierno dice que la oposición «en su desesperación» cometió fraude al incluir las firmas de 10.000 fallecidos.

En caso de una validación exitosa de las primeras firmas, para llegar al referendo la oposición deberá reunir otros cuatro millones (20% del censo), que también deben ser validadas con la huella dactilar.

La oposición está apurada. Si el referendo se hace antes de 2017 –cuando se cumplen cuatro años del mandato– y Maduro lo pierde, se deben convocar elecciones. Si ocurre el próximo año, sería sustituido por el vicepresidente.

Según Datanálisis, siete de cada diez venezolanos apoya el cambio de Gobierno. Para revocar el mandato de Maduro se necesitan más de los 7,5 millones de votos con que fue elegido en abril de 2013.GARA