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BRUSELAS

Bruselas justifica sus presiones al FMI en torno al rescate de Grecia

La Comisión Europea presionó al FMI, según afirma esta institución, para que finalmente se implicara en el rescate a Grecia sin que en ningún documento oficial se recogiera la necesidad de asumir una «reestructuración de la deuda» de ese país. Esas presiones fueron ejercidas, sobre todo, por el Gobierno alemán y el Banco Central Europeo.

Transcurrido más de un año desde que se desarrollaran las tensas negociaciones que abrieron un largo proceso –tanto que a día de hoy no se puede dar por concluido, ni mucho menos–, la Comisión Europea (CE) ha asumido que el rescate a Grecia y la consiguiente estabilización de la eurozona no solo era un asunto técnico, sino «preeminentemente político».

Así lo ha puesto negro sobre blanco el Ejecutivo comunitario en su respuesta al último informe del auditor del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre los programas de asistencia financiera de la antigua troika. La Oficina Independiente de Evaluación (IEO), un órgano consultivo del FMI, hizo público el pasado jueves un largo informe sobre el rescate a Grecia, así como sobre los de Irlanda y Portugal, en el que critica las presiones políticas «externas» de sus socios europeos que, afirman, sufrieron los técnicos de la institución y que habrían provocado que el Fondo se desviara de su proceso normal de deliberación y aprobación final.

«Tomamos nota del informe. Por supuesto, estos programas fueron tanto políticos como técnicos, de manera que las conversaciones se llevaron a cabo tanto a nivel de los expertos como de los ministros de Finanzas y de los líderes (jefes de Estado y de Gobierno)», señaló la portavoz comunitaria de Asuntos Económicos y Financieros, Annika Breidthardt.

Ante la recomendación del auditor del FMI de que la institución dirigida por Christine Lagarde reduzca el espacio para la intervención política en los análisis técnicos, Breidthardt recalcó que un programa de asistencia financiera para estabilizar la eurozona es un asunto que «está lejos de ser plenamente técnico, sino que es un tema preeminentemente político»

Principio básico

El FMI decidió finalmente participar en el rescate, con algunas condiciones, pese a que sus expertos determinaron que las perspectivas económicas –nada esperanzadoras– para Grecia no eran compatibles con una elevada probabilidad de que su deuda fuera sostenible, uno de los principios básicos del Fondo para conceder financiación excepcional. Un principio ineludible solo en teoría porque, precisamente, su incumplimiento en los anteriores rescates a Grecia fue uno de los factores que favoreció que las finanzas helenas se hundieran en lo que hace un año parecía un pozo sin fondo.

Ese abandono de los principios básicos del FMI también fue esgrimido durante el arranque de las negociaciones con sus socios de la UE por Yanis Varoufakis, por entonces ministro de Finanzas en el Gobierno de Syriza, para insistir en que no era viable que se obligara a Grecia a hacer frente a pagos de intereses por unos préstamos que, en esas condiciones, nunca deberían haberse suscrito.

Paradójicamente, eso dio lugar a que el Gobierno de Alexis Tsipras y el FMI llegaran a defender la misma posición frente a la CE –liderada por el ministro alemán Wolfgang Schäuble– y el Banco Central Europeo (BCE).

«Enfrentado con una resistencia a una reestructuración de la deuda y la determinación de que el FMI debe otorgar acceso a financiación excepcional, los técnicos y la dirección decidieron buscar una enmienda a los cuatro criterios (básicos)», señaló el IEO en su informe, en el que apunta una y otra vez a los socios europeos como fuente de presiones externas.

El IEO afirma también que la transparencia del proceso para buscar la autorización del directorio ejecutivo del FMI se «desvió gravemente del procedimiento normal» para acometer los cambios que debían hacerse para poder conceder financiación pese a no creer en la sostenibilidad de la deuda helena.