Aritz INTXUSTA
ARTAXOA

A la fuga con 120 vacas bravas para volver a unos pastos quemados

«Con unas ovejas es fácil, pero a estas ¿dónde te las llevas?», explica Iñaki Ganuza, desde su corral de Artaxoa. Los hermanos Ganuza tienen 120 vacas bravas a los pies del Canal, que cruza su corraliza partiéndola en dos. La mayor parte de las tierras donde pastan sus vacas están del Canal hacia el monte, donde todo está quemado. Aunque el fuego llegó a saltar el Canal de Navarra por dos puntos, a los Ganuza sí que les sirvió de cortafuegos, salvando el corral y los pesebres.

«Parece mentira. Una vez se nos escaparon unas becerras por esa loma y casi no las conseguimos encontrar de tan cerrados que estaban los chaparros. Vinieron con perros de presa del País Vasco y todo. Ahora está todo pelado», continúa el más joven de los hermanos.

Los Ganuza salvaron su ganado cuando las llamas estaban ya a la vista. «Las tenemos hechas a la voz y vienen cuando las llamamos; si no, reunirlas hubiera sido imposible. Tuvimos que pedir a toda la gente que vino a ayudarnos, que fue un montón, que se apartara para poder subirlas a camiones. Tenemos cinco toros y nunca los habíamos metido en un camión juntos, pero no quedó otra», prosigue. Con todo, la operación necesitó de la colaboración del resto de ganaderos de la zona: Macua, Reta, El Zahorí...

Las 120 cabezas de ganado tuvieron que ser trasladadas a las instalaciones de otro ganadero, Macua, en Larraga. «Se portó con nosotros de maravilla y les puso de comer pienso y un montón de cosas, pero las vacas no probaron ni bocado», explica Fernando, otro de los hermanos.

Preocupación por el futuro

A Fernando Ganuza le pilló el incendio en fiestas de Miranda. Para estos ganaderos el incendio ocurrió en días clave, porque hay vaquillas en muchos pueblos y estos animales solo rentan en espectáculos taurinos. Todas las vacas de los Ganuza son de casta navarra ya que trabajan en un proyecto de recuperación.

El fuego ha pasado y lograron salvar sus animales y las instalaciones. Pero la preocupación sigue. No sabe si les dejarán continuar pastando en la zona que se quemó. Los ganaderos viejos dicen que, tras el fuego, sale hierba buena para el ganado. Antes, de hecho, era costumbre quemar. Pero ahora está en manos de los técnicos de Medio Ambiente, que deben valorar lo que más conviene. Sin acceso a la corraliza, alimentar al ganado con pienso se hará demasiado caro.