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MOSCÚ

Rusia no expulsará a diplomáticos de EEUU a la espera de Trump

Barack Obama, justo antes de dejar la Casa Blanca, decidió castigar a Rusia por los ciberataques durante la campaña electoral de EEUU y expulsar a 35 «agentes rusos». En lugar de responder con la misma moneda, como había anunciado el Kremlin, Vladimir Putin ha optado por sorprender a todos, mostrar gran cintura política, ningunear al presidente negro y esperar a los movimientos de Donald Trump, que el 20 de enero llega a la Casa Blanca.

Si Rusia le había marcado un golazo a EEUU en relación a la tregua en Siria, en cuya gestación no ha tenido ningún papel Washington, ayer se marcaba otro con una decisión que sorprendió a todos y que dejó al actual inquilino de la Casa Blanca ninguneado, pataleando con unas medidas de castigo que ni siquiera tendrán respuesta por parte rusa. Putin prefiere tratar con Trump y no precipitarse.

Decidió «no expulsar a nadie» en respuesta a la decisión de Obama de hacer lo propio con 35 «agentes rusos» en EEUU. Moscú ha sido acusado por Washington de injerencia en sus elecciones presidenciales.

Poco después de que el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, propusiera al presidente «declarar persona ‘non grata’ a 31 diplomáticos de la embajada de EEUU en Moscú y a cuatro diplomáticos del consulado en San Petersburgo», Putin se decantó por calmar los ánimos asegurando que Rusia «no creará problemas a los diplomáticos estadounidenses».

«No vamos a expulsar a nadie. No vamos a caer en una diplomacia irresponsable», subrayó Putin. Aprovechó para calificar las nuevas sanciones de Washington de «provocadoras» y dirigidas a «minar aún más las relaciones». Además, rechazó la propuesta de Lavrov, que abogaba por aplicar el principio de reciprocidad y prohibir a los diplomáticos de EEUU el uso de una casa de campo cercana a Moscú y de un edificio utilizado como depósito en la capital. En todo caso, Rusia se reserva «el derecho de tomar medidas de represalia» y «restaurará las relaciones ruso-estadounidenses en función de la política del presidente electo, Donald Trump».

Obama anunció el jueves sanciones contra dos agencias de inteligencia rusas y la expulsión de 35 de sus agentes, en una reprimenda masiva contra Moscú, a quien acusa de interferir en las elecciones presidenciales a favor de Trump. Concretamente, la Casa Blanca acusa a Rusia de piratear y difundir correos electrónicos del Partido Demócrata y del equipo de su candidata, Hillary Clinton. Las medidas en respuesta a los supuestos pirateos van en contra del Departamento Central de Inteligencia (GRU), el servicio secreto militar y el Servicio Federal de Seguridad (FSB) –antigua KGB– rusos. El Kremlin rechaza «categóricamente» estas «acusaciones infundadas» y acusa a Washington de querer «destruir definitivamente» las relaciones.

 

Las mansiones de la URSS que Obama arrebató a los rusos

Propiedad del Gobierno ruso desde los tiempos de la URSS, las lujosas mansiones de Maryland y Nueva York cerradas por Obama han acogido durante años las fiestas y banquetes de los diplomáticos rusos, que ahora tendrán que abandonarlas debido a las sanciones. Las mansiones estaban siendo usadas por el Kremlin para supuestas actividades de espionaje, lo que supone un «desafío directo a la seguridad de EEUU», aseguraron el jueves varios altos funcionarios del Gobierno de Obama. Fue la primera vez que el Ejecutivo de EEUU afirmó de una forma tan contundente que personal ruso ha usado para «actividades de inteligencia» las casas de Nueva York y Maryland, retratadas por los funcionarios estadounidenses como un «nido de espías» donde los rusos podían conspirar lejos de la vigilancia de Washington.

No obstante, los funcionarios de EEUU no han aclarado qué papel desempeñaron estas propiedades en los ataques cibernéticos que supuestamente perpetraron agentes rusos durante la campaña presidencial con el fin de dañar a Hillary Clinton y favorecer a Donald Trump. Obama dio a los diplomáticos rusos un plazo de 24 horas para abandonar sus propiedades.

Las mansiones de Nueva York y Maryland, adquiridas por la Unión Soviética en la década de 1950 y 1970, respectivamente, han sido desde siempre protagonistas de los rumores de los vecinos.GARA