María SUÁREZ
LONDRES

Theresa May busca un Gobierno en minoría tras su fracaso en las urnas

Pese a los desastrosos resultados conservadores, que pierden la mayoría absoluta y experimentan una de las derrotas más humillantes de los últimos tiempos, la líder tory pactará con los unionistas irlandeses para que faciliten la formación de un Gobierno en minoría que previsiblemente iniciaría las negociaciones con Bruselas sobre el Brexit.

Theresa May liderará un Gobierno en minoría en Westminster, gracias al apoyo de los unionistas del norte de Irlanda. A pesar de haber sufrido una humillante derrota en las urnas, a las que precisamente acudió convencida de su posibilidad de reforzar su mayoría parlamentaria, la líder conservadora intentará formar un Gobierno en minoría sin muchas garantías de que se mantenga a largo plazo. Si May convocó el adelanto electoral para negociar el Brexit con gran respaldo, ahora se ve abocada a pedir ayuda a un partido minoritario en Westminster.

Las peticiones de dimisión que realizaron el líder laborista, Jeremy Corbyn; el liberal demócrata, Tim Farron, o incluso la diputada conservadora Anna Soubry –quien aseguró que la primera ministra en funciones «está en una posición muy difícil y debería reconsiderarlo»– no tuvieron efecto y May permaneció en silencio durante gran parte de la mañana, dando lugar a especulaciones que se resolvieron cuando se confirmó su visita al palacio de Buckingham con el objetivo de pedir el aval de la reina Isabel II para formar un nuevo Ejecutivo.

Para las hemerotecas quedó su mensaje repetido no una, sino dos y tres veces en campaña: «Si perdemos seis escaños, perdemos la mayoría absoluta y por tanto, perdemos las elecciones. Jeremy Corbyn negociará entonces el Brexit». Como si nada hubiera pasado, May regresó de Buckingham a Downing Street y entonces sí se dirigió a la ciudadanía para informar de su intención de seguir liderando Gran Bretaña.

El inicio de su discurso bien podría haber sido el preparado para una victoria abrumadora. De nuevo expresiones como «un Gobierno que dé certidumbre», «momento de retos para el país» o «liderazgo». Sin embargo, la ciudadanía no recibió el mensaje como una victoria de quien ha obtenido el mayor número de escaños de la Cámara, porque ayer May quedó como la gran derrotada de la jornada.

Quien a todas luces facilitará el Gobierno en minoría conservador (a falta de iniciar las conversaciones) es una formación política minoritaria en el Parlamento de Westminster. Los unionistas del DUP han subido dos escaños y junto con Sinn Feinn, se reafirman como la fuerza principal en el norte de Irlanda. «Hemos acordado explorar cómo podemos dar estabilidad a la nación en estos momentos claves», confirmaba la líder unionista, Arlene Foster.

La formación que tiene la llave para la continuidad de May y el futuro de Gran Bretaña es contraria al matrimonio gay, antiabortista y ultraconservadora. Sus diez escaños podrían incluso condicionar la actitud con la que la primera ministra acude a Bruselas a negociar el Brexit: el DUP apuesta por seguir en el mercado único y, por ello, May se podría ver abocada a renunciar al «Brexit duro» que había previsto. Ello implicaría la necesidad de realizar auténticos malabarismos para contentar, por un lado, a la formación de Arlene Foster y por otro, a los conservadores más euroescépticos, decepcionados con el órdago fallido de su líder, quien, por cierto, ayer mismo ya confirmó que cuenta con cinco de los «pesos pesados» del Gobierno saliente: Amber Rudd, en Interior; David Davis, como ministro del Brexit; Boris Johnson, como secretario de Exteriores; Phillip Hammond, en Economía, y Michael Fallon, en Defensa.

Corbyn está preparado

Por contra, quien ha sabido aprovechar estas elecciones sobrevenidas ha sido Jeremy Corbyn. El líder laborista ha logrado añadir 31 escaños más a una formación que, por otro lado, ha quedado abocada a seguir siendo oposición. Los laboristas se han quedado a 55 diputados de los conservadores. Sin embargo, el porcentaje de voto estuvo muy igualado: 42% los tories y 40% el partido de Corbyn, quien consiguió mejores resultados que en época de Ed Milliband, Gordon Brown o Tony Blair en 2005. Corbyn aseguró estar «preparado para implementar el programa laborista».

Sin embargo, las matemáticas parlamentarias hacen que incluso pactando con nacionalistas escoceses, liberal demócratas, el escaño del Partido Verde y los galeses Plaid Cymru, la posibilidad de un Gobierno «anti-tory» resulte imposible. Así que Corbyn, por ahora, se queda en la oposición, donde se verá si su imagen de líder, reforzada en la campaña, se mantiene en la Cámara de los Comunes con sus 263 diputados.

Paradojas de la política, si Theresa May convocó estas elecciones para reforzar su posición, quien realmente ha salido ganando es Jeremy Corbyn, quien ha sorprendido con una buena campaña y conectando con lasociedad, sobre todo con la juventud, que acudió a votar en un elevado 72%. De hecho, los datos de participación general subieron tres puntos con respecto a los comicios de 2015, confirmando la tendencia al alza de las últimas citas electorales legislativas. Eso sí, no superó el 72% que se consiguió movilizar en el referéndum sobre el Brexit del pasado 23 de junio.

La noche electoral tampoco fue agradable para el Partido Nacional Escocés (SNP). Aunque siguen como principal fuerza en Escocia, la formación de Nicola Sturgeon pierde 21 escaños, entre ellos el del ex ministro principal Alex Salmond o el del líder de la formación en Westminster, Angus Robertson.

Los liberal demócratas se convierten en cuarta fuerza a mucha distancia de los nacionalistas escoceses, y tampoco retiene su escaño Nick Clegg, quien fuera viceprimer ministro en el Gobierno de coalición de David Cameron. De hecho, el actual líder de la formación, Tim Farron, retuvo su escaño por tan sólo 777 votos. Sin embargo, el recuento más emocionante tuvo lugar en el distrito escocés de Fife North East, donde el diputado del SNP mantuvo su representación por una mínima diferencia de tan sólo dos votos.

Por otro lado, el partido ultraderechista UKIP continúa su debacle perdiendo el escaño que quedaba en Westminster. Su líder, Paul Nuttall, decidió dimitir asegurando que su formación ha sido «víctima de su propio éxito». Sus votantes se han reducido a una minoría marginal del 1,8%.

El Partido Conservador perdió feudos importantes como Cambridge, que pasó al color rojo tras haber elegido a su diputado tory en todas las convocatorias desde la Primera Guerra Mundial. Además, en el distrito londinense de Kensington, después de tres recuentos debido al estrecho margen entre conservadores y laboristas en este área tradicionalmente tory, se confirmó finalmente que queda en manos del partido de Corbyn.

 

Hauteskundeak irabazi ditu SNPk, ez bere asmoekin aurrera jarraitzeko mandatua

Luzea izan zen hauteskunde gaua SNPrentzat, luzea eta tristea; alderdiak aspaldian bizi izan ez duen horietakoa. Aurreikuspenek boto galera iragartzen zieten, baina inork gutxik espero zuen gertatutakoa. Gaizki hasi zen kontaketa eurentzat, eta okerrago amaitu.

Guztia, baina, bere testuinguruan jarri behar da. SNPk 35 eserleku lortu ditu, gehiengo osoa eskuratuz Eskozian (guztira, 59 ordezkari ditu herrialdeak britainiar Parlamentuan). Gehiengoak eta gehiengoak daude, eta abertzaleak ez dira gustura erdietsitakoarekin. Arrazoi nagusia izan duten galera da, aulki zein boto kopuruan: 56 legebiltzarkide zituzten Westminsterren, hots, 21 ordezkari galdu dituzte. Botoei dagokienez, %13,1eko galera izan dute, Eskozian alderdi bozkatuena izaten jarraitzen duten arren.

Okerrena, baina, alderdiak giza baliabideei dagokienez izan duen galera da. Jakina zen orain arte Westminsterren euren eledun zen Angus Robertsonen eserlekua jokoan zegoen horietako bat zela, galdu zitekeenetako bat, baina herrialdeak independentziaren inguruan bozkatu zuenean lehen ministro zen Alex Salmond Legebiltzarretik kanpo geratu izana kolpe handia izan da abertzaleentzat. Emaitzen balorazioa egiteko deitu zuen agerraldian, Nicola Sturgeonek adierazi zuen bigarren independentzia erreferendumaren aferak izan duela eraginik euren boto galeran, nahiz eta gaineratu zuen bestelako faktore batzuk ere –boto taktikoa, horien artean– aztertu beharreko kontuen artean daudela. Balizko bigarren galdeketaren inguruan tentuz jokatuko duela esan zuen, presarik gabe.

SNPk %13,1eko galera izan badu boto kopuruan, %13,7ko hazkundea izan dute toryek. Hala, Eskoziako bigarren alderdi bozkatuena izan da Alderdi Kontserbadorea, botoen %28,6 eta 13 legebiltzarkide (lehen baino hamabi gehiago) lortuz. Ezin esan SNPtik alde egin duten botoak toryengana joan direnik; ulergarriagoa litzateke kontserbadoreek bigarren erreferendumaren aurkakotasuna kanalizatu dutela esatea.

Abertzaleen galeraren ondorioz bere emaitzak hobetuak ikusi dituena Alderdi Laborista izan da. Legebiltzarkide bakarra zuen gaur arte Westminsterren, eta zazpi izango ditu aurrerantzean. Botoen %27,6 jasota (%2,8 gehiago), hainbatek diote SNPren eremu ezkertiarrenaren emaria jaso duela, Corbyn efektua dela medio, nahiz erreferendumaren aurkako botoak ihes egin dion kontserbadoreen mesedetan.

Tristeena, baina, boto independentista eta unionistaren arteko konparazioa egitea da: emandako botoen %37,28a jaso dute independentistek Eskozian, %62,71 unionistek. Aimar ETXEBERRIA

 

La UE teme un retraso o un fracaso en las negociaciones del Brexit

Responsables de la UE expresaron ayer su temor por un retraso e incluso un fracaso de la negociación del Brexit, después de que Theresa May no lograra reforzar su mayoría absoluta. Bruselas celebró la convocatoria anticipada al creer que una líder con fuerte respaldo electoral en Londres estaría en disposición de hacer concesiones durante el complejo proceso, pero a la vista de los resultados mostraron preocupación.

Berlín consideró que los datos evidencian el deseo de los ciudadanos de unas negociaciones «justas» y de una reflexión sobre el camino elegido.GARA